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Voto de José (FullPush):
8
Drama Adaptación de una novela del escritor inglés William Tackeray. Barry Lyndon, un joven irlandés ambicioso y sin escrúpulos, se ve obligado a emigrar a causa de un duelo. Lleva a partir de entonces una vida errante y llena de aventuras. Sin embargo, su sueño es alcanzar una elevada posición social. Y lo hace realidad al contraer un provechoso matrimonio, gracias al cual entra a formar parte de la nobleza inglesa del siglo XVIII. (FILMAFFINITY) [+]
19 de abril de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rapidísimamente, tal que mi presencia no perturbe en modo alguno este templo sagrado de la cinefilia, hábitat natural de los más fieros depredadores:

Barry Lyndon es un monumental coñazo (y yo muy poco original, lo sé). Kubrick, que no tenía un solo pelo de tonto, lo sabía. De ahí que dividiera la obra en dos Actos. Le dio por ahí, pa ver si colaba, pero no. Yo me tomé un día de descanso entre una y otra (por aquello de los dolores de cabeza) y casi muero igual en el asiento. El primer acto, por cierto, bastante mejor que el segundo, en que la subnormalidad se dispara. Sigue sin ser culpa de Kubrick ni de su guionista (anda, si son el mismo): es que no ha habido época más tonta y más jodidamente pomposa y asqueante que el siglo XVIII. Y se emperran y se emperran en filmar dramas de época, todos muy estilosos y estilizados, de acabado impecable y fondo impecablemente memo y engreído. Pues nada. Joder, tantas faltas al honor, tantas poses de gaylofollen, tanta palabrería engalanada, tantos tés y fiestecitas celebrando lo mediocre de unas vidas preocupadas del tener y del tener (y el egocentrismo es cosa de hoy, ¿no?), tanta reverencial chorrada burocrática o histórica (que montaban guerras por ver dónde cagaba su ilustrísima, que no tenía bastante con sus cuatrocientos baños en palacio), tanta banalidad y petulancia. ¡Putos esnobs!

Yo qué sé, a falta de una historia que interese, ¿dónde me agarro? ¿A las formas impolutas de la película-museo? Porque sí, efectivamente, cada toma es un jodido cuadro, oh oh oh, qué ciego habría de estar para apartar la vista a otras cuestiones más prosaicas. Pues lo hago, porque pa ver cuadros ya tenemos ciertos edificios de escasa concurrencia, y pa reventarse los tímpanos con deliciosas selecciones musicales que no cesan así le tiren de los huevos a un Stanley con un empalme de caballo ya tenemos... ¿qué tenemos? Qué me importa. La música clásica que me la reduzcan a la de 2001: Una odisea del espacio. En esta cinta no hace sino incrementar mi odio hacia las piezas, de una ¿belleza? que de haber existido (ya digo que mi oído es caprichoso) queda ahogada en la repetición y las pretensiones mastodónticas. ¡Afectación, marchando! A mí los dispositivos de la NASA.

Cualquier rastro de humanismo pinta amanerado y así no hay por dónde agarrar nada. Pero espera, que el duelo final es cojonudo. Se me olvidaba, mil perdones. Ah, y el momento hijo que no se espera nadie, qué va, consiguió también emocionarme. No todo iba a ser malo.

PD. Como se ha dicho, mi más sincero escupitajo al narrador. Por empezar con alguien.
José (FullPush)
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