Dios se apiade de mi alma por usar esos versos como título de la crítica.

"After" se plantea como un cliché andante. Una especie de aberración fílmica que te martillea la cabeza con todos los tropos que haya tenido la desgracia de encontrar, para luego soltarte sin una gota serotonina a la vista. Sales seco, compañero. Es una pieza sin propósito más que el de reiterar, por enésima vez, todos los arquetipos trillados que ha habido en el cine romántico desde tiempos inmemoriales. No añade nada. Es una ensalada sin aliño, con solo lechuga comprada en el Mercadona. Y, Cristo bendito, que alguien me diga que eso no es deprimente.

El cliché va desde la relación que mantienen ambos protagonistas hasta la manera en la que se plantean las escenas que los inmiscuye. Desde escenas tristes bajo la lluvia, hasta personalidades planas como ellas solas (ella, chica lista, lectora, especial; él, chico malo con corazón y secretos no descubiertos hasta la entrada de ella). Es un uso reiterado de los tópicos, de escenas sin esencia, sin personalidad. Si hubiese un mínimo de originalidad, uno se preocuparía por plantar estos tópicos con una vertiente nueva. Pero es que son siempre lo mismo, sin variaciones. Absolutamente trillados.

A eso hay que añadirle unas actuaciones pobrísimas, una guion y una edición (con serios problemas de continuidad) mediocres, y un intento de salir por la tangente con toda una serie de escenas cursis que, o pretenden conseguir que el espectador se ría (solo lo pretenden, no lo consiguen), o intentan darle a la película un fondo culturalista: "Mira, tengo en la estantería 'Cumbres Borrascosas' de la Brontë y hablo con mis colegas de 'Orgullo y prejuicio' de la Austen". Yo qué sé: si me dices que te pinchas heroína escuchando a The Velvet Underground y leyendo al Marqués de Sade, coño, igual sí me sorprendes. Este tono culturalista sirve más para re-presentar esta idea de "personaje especial" que para verdaderamente plantear algo interesante. Sí, hay comparaciones: en 'Cumbres Borrascosas', Heathcliff es un cabrón cuyo corazón se derrite por Catherine, y en 'Orgullo y Prejuicio' Darcy es un hombre frío y distante que cambia su perspectiva al conocer a Elizabeth. ¿Algo más? No. Simplemente, una referencia para tratar de parecer alternativos.

Toda esta situación se ve enmarcada en una sensibilidad muy concreta: la de la Generación Z. Desde la música utilizada hasta las personalidades (si las tienen) de los personajes apestan a concepción propia de la Generación Z. Claro, una Generación Z ininspirada, vacía, cliché (no voy a negar que haya películas sobre la Generación Z que resulten interesantes, pero este no es el caso). Todo funciona dentro de un marco genérico que, repito, no aporta nada a la clásica historia de chica buena conoce a chico malo.

Pero hay que saber ver lo bueno dentro de lo malo, aunque de lo primero haya poco y de lo segundo demasiado. A lo largo de la película hay algunos usos (pocos) de la iluminación que resultan, cuanto menos, interesantes. Esto se ve sobre todo en el neón de los bares y cómo lo plantean cuando se ven encima de los personajes, hecho que demuestra que, si se hubiese tratado mejor, la película podría haber dado más de sí.

También hay representatividad LGBT presentada de una manera aceptable. Si bien puede llegar a parecer que te lo ponen en la cara directamente, por lo menos no hacen un show de ello y se aprovechan para tratar, con sensacionalismo, el tema. Pero claro, es una representación pobre, que, si bien no es el centro de la historia, podría haber resultado interesante el salirse un poco por la tangente y explorar un poco más ese tema.

Hay algunas escenas, sobre todo las que tienen que ver con los personajes de Tessa y Hardin, que consiguen una sensación decente de intimidad. Se muestra una (casi) verdadera conexión entre ambos protagonistas. Pero, de nuevo, demasiados pocos ejemplos como para contar, y no se llegan a aprovechar. Esto influye, también, en algún que otro giro interesante. Pero lo de siempre: ni chicha, ni limoná'.

Total, una película que te deja frío. Te lamentas de las oportunidades perdidas y te das golpes en la cabeza con las decisiones de guion y con los aspectos técnicos. Nada despunta, todo se mantiene bajo una capa de "querer explorar, pero no tengo los ovarios necesarios para hacerlo". Yo que sé: por lo menos los protagonistas están cañón.