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España España · Palma de Mallorca
Voto de Innisfree:
7
Comedia. Fantástico Barbie (Margot Robbie) lleva una vida ideal en Barbieland, allí todo es perfecto, con chupi fiestas llenas de música y color, y todos los días son el mejor día. Claro que Barbie se hace algunas preguntas, cuestiones bastante incómodas que no encajan con el mundo idílico en el que ella y las demás Barbies viven. Cuando Barbie se dé cuenta de que es capaz de apoyar los talones en el suelo, y tener los pies planos, decidirá calzarse unos ... [+]
22 de julio de 2023
14 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gerwig llega con un colutorio rosado sabor chicle para apaliar los efectos de aquellos que vimos la rápidamente olvidable WHITE NOISE y no pudimos disfrutar de la dupla Gerwig-Baumbach en su mejor línea —siendo esta, evidentemente, la de FRANCES HA—.

BARBIE llega como un terremoto cuántico que agita los cimientos del mundo de las apariencias y que nos retrotrae a las más tempranas películas del Technicolor y las filtra a través de la espectacularidad de Jacques Demy, el existencialismo musical de Fosse, el colorismo de la SINGIN' IN THE RAIN de Donen y, por supuesto, el rampante feminismo RGB del Almodóvar más MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS. Y, sinceramente, para ser un claro pastiche de muchos elementos funcionando en consonancia durante casi dos horas, la cosa no ha salido nada mal.

Creo que, en general, hay un buen comentario alrededor de la idea de feminismo y género a lo largo de la película. En su tiempo, Barbie tenía sentido porque supuso salir de la realidad misógina de la niña pequeña como futura madre para plantear una utopía de estilo y figura, un "yo quiero ser cómo ella". Por supuesto, dada la sensibilidad actual, esta etapa puede perfectamente verse como un caso de escoger el mal menor, porque sentenciar a la mujer a encajar en la rigidez monocromática de la estética única —rubia, ojos azules, figura esbelta— no es lo que podría considerarse peak feminism. Sin embargo, Mattel creó un personaje que planteaba un clara potencialidad pública para la mujer: Barbie presidenta, Barbie escritora, Barbie doctora. Hay, incluso, Barbies inclusivas que tienen en cuenta otras razas más allá de la blanca e introducen Barbies en sillas de ruedas —¿Barbie cuadripléjica? Espero que no— para evitar la acusación de ableism evidente de las últimas décadas. No ha sido hasta hace poco, también, que han pensado en mujeres curvy y han sacado una muñeca que se adecúe a este modelo.

Como digo, Barbie ha supuesto un modelo de representación de sueños y esperanzas para las niñas de todo el mundo, incluso si ese mismo modelo de representación aparezca limitado por una rigidez estética que poco o nada se adhiere a las modernas corrientes feministas. Una gran porción de BARBIE tratará sobre este mismo problema: ¿qué hacemos con esta representación caduca de los valores occidentales? Pues filtrarla a través de sensibilidades más contemporáneas y añadir crítica social. Y quizás el feminismo se explore de forma evidentemente pornográfica en tanto que muchas de las líneas de diálogo recorren el listado de clichés que aparecería en una asignatura de introducción al feminismo, pero eventualmente —no sin su dosis de exposición-verborrea de los principios del empoderamiento femenino— se dirige a buen cauce. Ya no tenemos la superficialidad de women good, men bad, sino que el discurso parece cortar de forma francamente más profunda. Los problemas ya no tienen que ver con una sistémica visible de las cosas. No tiene que ver con el derecho a voto o con la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral, sino que la cosa vira más hacia la estipulación de las dinámicas privadas, esto es, el cómo las mujeres parecen ser el chivo expiatorio para muchas frustraciones masculinas y se ven forzadas a mantener las apariencias a pesar de su propia integridad emocional.

En esta línea, me alegro de que BARBIE no deje de lado el universo masculino al también explorar, aunque tratado de forma algo condescendiente, sus propias frustraciones y al configurar un arco de personaje con Ken en el que hay un aprendizaje. La prisión del binomio del género no solo reprime a la mujer, sino que también hace lo propio con el hombre. Sin embargo, a lo largo de la historia se ha impuesto el patriarcado y se ha montado una línea discursiva en la que esa misma represión se ha enfocado como triunfo y victoria, cuando en realidad se sigue manifestando como una prisión de valores, apariencias y expectativas. Por supuesto, tiene que explorarse esta línea desde un punto de vista irónico, porque tampoco podemos dejarlo todo en manos del destino: hay hombres que se esfuerzan en ser unos capullos integrales, sobre todo en una época en la que tenemos que lidiar con la sedimentación ultramasculina cargada de testosterona de los Andrew Tate de la vida que se creen que todas las mujeres son sus "putas" y que ellos están aquí para liderar el cotarro.

BARBIE triunfa en muchas de sus líneas y ofrece una de las experiencias más entretenidas del cine comercial de los últimos años, que yo recuerde. Me ha recordado a la desgraciadamente ignorada BARB AND STAR GO TO VISTA DEL MAR en estructura y timing cómico. Quizás no el reset cultural que esperaba, pero sí que quizás sea el que nos merezcamos.
Innisfree
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