Sin duda alguna (de manera absolutamente subjetiva), la mejor película de todos los tiempos. Una traslación excepcional del papel al celuloide (con la salvedad del lugar en el que aparece la cabeza de Kharthoum por error de interpretación o despiste de Coppola). Cuando me refiero a esta película lo hago entendiendo la saga completa como una sola, pese a las infinitas críticas de que adolece la tercera parte, habida cuenta que igualar las dos anteriores es, sin más, imposible. La interpretación, la fotografía, la música y, en definitiva, todo, hacen que sea una película perfecta. ¿Quién no se ha dejado cautivar por Santino pese a su extrema violencia?; ¿quién no se ha enamorado de la ingenua Kay?; ¿quién no se cambiaría por unos instantes por Don Vito o por Don Michael, aunque sólo fuese para saborear esa carga de romanticismo, honor, nobleza y responsabilidad?; ¿a quién no le hubiese gustado ser Vincent Manzini y hacerse el duro como él lo hace?. Sin duda, si PUZO hubiera tenido idea del alcance que iba a tener su novela habría cuidado más la literatura de la misma, mas pese a ello se trata de una obra maestra indiscutible que nos hace desear ser como algunos de sus personajes en determinados aspectos. No se pueden conjugar de mejor manera el romanticismo, el honor, la violencia y lo que, en última instancia, es un reflejo cristalino de las miserias de la sociedad en la que hacemos vida. ALTÍSIMAMENTE RECOMENDABLE.