Un elenco grandioso, premisa interesante, producción decente. Prometía ser otra obra coral de ese majestuoso humor inglés que tanto nos gusta. Nada hacía presagiar que el resultado sería un fiasco.

Pronto te das cuenta que nada tiene sentido. Intenta (creo) representar la superficialidad y vacío de la sociedad británica moderna: padres desconectados de sus hijos, matrimonios acabados que se niegan a aceptarlo, falsas amistades. Todo con el reloj corriendo para sanar lo que haya que sanar antes del apocalipsis. Interesante, pero no funciona. No pasa nada de eso. En 90 minutos se les hizo imposible profundizar en los personajes, sus temores, envidias, anhelos, pasados, el porqué están ahí. Solo quedan caricaturas, diálogos insulsos y unos incómodos chistes internos que cuesta entender.

No es drama, no es comedia negra, no es terror. Griffin intentó abarcarlo todo y falló.

(En spoiler lo que me parece más grave: el mensaje final)