Cine experimental sobre un experimento futurista y muy oscuro, que obliga a implantarse en la memoria de un protagonista narrado en tercera persona, por quién?... una obsesión del pasado es útil tras la IIIGM, esos recuerdos que afloran poque nunca se pierden sus cicatrizes, una imagen, una mujer que ve morir a un hombre, igual invención para la evasión del mundo real ante la fatalidad de la devastación, la vida como refugiado en las galerías de París, la imaginación mostrada le hace perfecto para el experimentador de cabezas, aunque para experimento el de la propia película, nunca ví una compuesta por fotogramas para congelar cada escena de la que se narra, para poder plasmar con el tiempo no se juega, una historia sin dudas existencial e incomparable, daba para más que un mediometraje.

La humanidad condenada, lo necesario de las drásticas medidas, la esperanza de que su imaginación le lleve a ir relacionando su obsesión con poder transportarse al pasado, un individuo potencialmente válido para recuperar comida, medicamentos y energías, los encuentros se detallan perfectamente como los sueños habituales, gran descripción de la propia muerte y gran vitalidad sobre una realidad fantástica, la creada por el propio cerebro, ella no hace preguntas, vive el momento con su compañía hasta llegar a un escenario ideal, animales disecados como antesala apocalíptica de nuestro destino.

Film inteligente sobre nuestra extinción, la última posibilidad de las ratas supervivientes por mantener la especie con viajes al pasado y futuro, una película que va pasando fotos en el limbo y que deja un tremendo dilema sobre un futuro apacible o un pasado con la mujer amada, aunque nunca haya sido amada, en escenario final para doblegar al personaje y dejar el mensaje más mortífero de nuestra existencia, es imposible escapar al tiempo.