Me parece curioso como un director de nivel toma la vida de un humorista, que seguro que en vida no fué algo más de lo que hoy consideramos un friki, y se la enfunda a un actor para que, teniendo la libertad de muecas de otras cintas, se le ponga vida al personaje que interpreta.

Un humorista que luchó por no tener ese humor enlatado, no fué respetuoso, pero tampoco gamberro, sin duda fué otro más de tantos, pero M. Forman consigue que J. Carrey lo coloque en la galería de la comedia, eso es mucho decir, era muy difícil crear esta cinta y se puede decir que el trabajo queda a medias, entre luchas, comentarios sexuales y palabrotas; la magia no suele aparecer mucho, tiene muchos altibajos y se hace lenta... eso sí, en cuanto a conocer de qué tipo se trataba, trabajo consegido, uno de tantos que consiguió vivir en un mundo agradable, en La Luna...