Una película con una forma muy original y con un fondo muy similar a otras muchas obras. Además, su originalidad la explotan al máximo hasta que llega un momento que ni sorprende ni emociona, dos graves errores en el mundo narrativo.

Lo positivo es que durante la primera hora su originalidad sorprende y gusta enormemente, se hace diferente a todo lo que has visto anteriormente y sus toques de humor en la mayoría de ocasiones son acertados, lo cual deja la sensación de que no era necesario repetirse tanto en sus efectos digitales para conseguir entretener.

Lo mejor: su originalidad en los efectos digitales, la escena de la policía vegana y el personaje de Wallace, el amigo gay de Scott, por momentos brillante.

Lo peor: desenlace enrevesado, caótico, previsible, mezclado con la enorme saturación de efectos digitales demasiado "frikis" a lo largo del metraje.