Pésima película (como esperaba por otro lado, no voy a engañar a nadie), muy propia del insigne Joe D'Amato y de la época en la que fue rodada.
Supongo que el bueno de Joe pensó que si unía el cine de terror/fantástico con el del despelote y algo más (cine porno vamos, con escenas sexuales explícitas), pues tendría un considerable éxito comercial. No sé si lo logró en Italia y resto de Europa y del mundo, pero me parece que en España ni se estrenó en las salas comerciales, aunque no estoy seguro de ello. Y tampoco me importa mucho, la verdad.
La cinta es aburrida, tediosa a más no poder, y súper-inflada, no en vano dura más de hora y media, cuando lo que cuenta da para un cortometraje.
Todo es ridículo, las escenas de sexo con soporíferas y, por supuesto, totalmente gratuitas, y las de terror dan, no sé si asco o pena... de lo mal hechas que están y cómo se nos aparece "el monstruo", con un maquillaje y peluquería de sexta categoría (de siete).
El bueno de George Eastman, otrora uno de los héroes del antiguo spaguetti western, aquí está de paso, menos mal que no hace ninguna pirueta sexual, y a cobrar, que para eso estampó su firma en el contrato (falta de pasta tenía, me temo).
En fin, que menudo bodrio y tontería de filme.

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