Danko calor rojo viaja a EEUU por cuenta del Estado. Misión: pescar a un asesino de polis rusos. Eso sí, viene de la mano de Walter Hill lo cual es un éxito y si no vean primero el viaje de Danko a la antigua Roma. En esas saunas no dejan pasar a cualquiera, vaya nivel, y menudas mujeres. Una sauna mixta. Muy peligrosa.

En Chicago le espera James Belushi que algunos dicen que no está a la altura, pero en mi modesta opinión cumple el requisito de la convocatoria que era el de interpretar al prototipo de poli americano cachondo y tripero. Así se logra el contraste debido con el gigantesco ruso finolis, que encima ya es un contraste físico en sí mismo. El encuentro es amigable, estamos en los 80, es una visión de la buena predisposición americana para con sus nuevos amigos, con los tiras y aflojas esperados, eso sí, más tiras que aflojas, pero es que no estamos hablando de un peliculón, aunque las escenas de acción son las esperadas.

La película es un clásico de aquella época, medio obligada de conocer, muy de ese rollo de su tiempo con dos protagonistas por entonces de lo más solicitados para este tipo de películas. Aconsejable en su punto.