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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
5
Bélico Durante la II Guerra Mundial, cuatro soldados americanos llegan a una isla japonesa con una delicada misión: rescatar a un infiltrado francés, portador de una información crucial. De los cuatro soldados, tres mueren en una emboscada. El soldado superviviente, junto al espía francés y su hija, deberán cruzar la isla, una densa y peligrosa jungla, para llegar al barco que les aguarda. (FILMAFFINITY)
1 de octubre de 2020
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debía estar soñando el autor de esta novela y más todavía Stuart Heisler para pasarla a película. En plena guerra del Pacífico, un sargento y 3 soldados se internan en la isla que acaban de ocupar para realizar una misión de lo más increíble. Depende de ellos que un desembarco en gran escala se haga por aquí o por allá. Cómo se nota que no era más que una excusa para que el sargento, un hombre ya maduro, y Tony Curtis, de soldado born in the USA, flirteen con una francesita que ha aparecido en mitad de la nada con su papá. ¿Qué hacían ahí? No se sabe. Los japoneses, que se tiraban a todo lo que se movía, ni la habían olido, y los marines se cruzan con ella a la primera como quien no quiere la cosa.
La película empieza con los típicos avances ante la cámara de la tropa: fuego, movimiento y choque, y luego se realiza la misión que tiene episodios de lo más asombrosos. El autor de la novela fue militar durante la guerra y por lo que se ve, fue además un gran soñador, en los descansos debía darle al coco inventando situaciones para luego escribirlas, con rudos marines muy cabreados por tener que trabajar en tierra ajena incluidos los domingos, y que por azar del destino se encuentran con desvalidas chicas enamoradizas..., europeas claro, nada de orientales o autóctonas regordetas. Justo la aparición de la francesita es el motivo de la película, porque sin ella no existiría razón ni argumento para hacerla. Y con ella surge el mayor interés ya que a Tony Curtis ante la chica le afloran tormentosos sentimientos, celos y furiosos pensamientos, y hay que decir que hace un buen papel e implica la atención del espectador.
La selva tiene su ruta 66 y en ella aparece un japonés muy afeminado, algo masoca (le gusta que le aten por las muñecas), que huye de un notable indígena que por alguna razón oculta que no llega a vislumbrarse, le persigue con ahínco para despedazarlo. Igual fueron amantes y el japo le engañó con otro. Por lo demás, no hay más.
floïd blue
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