Distinta por los dibujos, por el argumento pero sobre todo por la forma de llevar la historia. La he visto varias veces y cada vez estoy más conforme en que he visto unos personajes con alma, hasta el frío Totoro resulta conmovedor.
El gatobús es un alarde de fantasía pero ojo, fantasía para corazones niños, no para viejos y románticos corazones. Es una película para espíritus frescos, para niñas que se enfadan con sus hermanas mayores, para niñas que pueden correr sin parar, para protestar.
El argumento está llevado como si estuvieras en la historia antes que empezara y no te agobia ni te cansa, ves llorar pero no de pena ni son lágrimas tiernas, ves llorar porque la niña se enfada y repito: protesta. Nada de sensiblerías... Son espíritus fuertes, que florecen como esos árboles interminables, fuertes como el motor del gatobús.