Cualquier persona con gusto cinéfilo entenderá que esta película es una película a evitar, una tontería desfasada, sin gracia; con actores no ya desaparecidos, sino anticuados; y, en concreto, una americanada total. Y si esa persona la viera por casualidad sería para plantarla un 1 y echar sobre ella todos los improperios acostumbrados. Y lo cierto es que no andaría desorientado porque esta película es un poco para nostálgicos y para verla hoy requiere muy buena predisposición y sobre todo, un espíritu abierto, un corazón generoso y una posición imparcial.

De Los locos del Cannonball hay que saber dos cosas: Que hay locos y que la carrera se llama Cannonball. Es una carrera pirata por las carreteras de diferentes Estados americanos en la que el director consigue cierta característica que es la siguiente: Una película real de formato de dibujos animados que incluso cada secuencia, parece una viñeta. Buena, simpática, con un plantel de viejas estrellas inolvidables y que puede te haga pasar un rato divertido.