Si ya la habéis visto no os preocupéis, a todos nos ha pasado, tampoco hay que sentirse engañado y mucho menos hacer de esto, victimismo. No está bien. Pero sí, es muy grave, con la experiencia que tenemos todavía caer en estas trampas para incautos. Creer que vamos a ver algo y ver basura. Sumirte en el letargo del aburrimiento, de la incoherencia, de lo de siempre pero mal hecho, de lo de crear personajes y de repente echar a volar, de unos diálogos tan finolis y tan fuera de lugar ¡Qué semántica...! ¿Y la fotografía? ¡Qué asco de fotografía! Qué imágenes más asquerosas, difusas, oscuras... La nueva tendencia a filmar así de mierda.

Y los anacronismos de soltar expresiones del futuro como ¡BINGO! que te dejan fuera de lugar... ¿Han cantado bingo? ¿Dónde? ¿Quién coño canta ¡Bingo! en una película del Oeste...? ¡Ni Bud Spencer! Y luego no han visto un cepillo de dientes en sus vidas cuando ya lo usaban Tutankamon y sus colegas. Bueno, ya, son cosas que se pueden aceptar, tampoco hay que ir a degüello con ello, pero lo digo porque te vas fijando en esos detalles para pasar el rato, ya que ver tanta tontería, tanto tonto haciendo el tonto, pues no es cuestión y te distraes así. Eso sí, es uno de los Western más aseados que puedas llegar a ver... Con cisterna.

La culpa es nuestra. Yo es que no estoy muy al tanto del Western de tendencia, pero está claro: si el coche, alemán; la paella, valenciana; y el whisky, escocés... Pues el Western, americano... Para otra vez ya lo sabemos. Si hacen un Western de los chinos que lo vea su tía la del pueblo.