Es bastante difícil hacer algo dentro del Universo Star Trek que no se haya intentado o insinuado antes, pero esta serie lo consigue. Los personajes son sorprendentemente novedosos para lo lineal que es el concepto de la serie. Es cierto que la versión klingon de sus Klingon no impacta demasiado, pero es sólida y aporta lo necesario para poner en juego lo que de verdad importa en este tipo de historias: el guión. Otra vez es acertadísima la manera en que se llevan a la pantalla los valores de la Federación, la aspiración de recorrer lo desconocido sin perder la identidad, con el único propósito de conectar, en un nivel de autenticidad y respeto, con todos los seres vivos de la galaxia.