H.G. Clouzot consiguió con este film de 1955 sentar las bases donde posteriormente se apoyarán infinidad de thrillers modernos, muy cercano en el estilo al maestro Hitchcock y demostrando una maestría memorable que ya nos mostrara en su otro gran clásico: "El salario del miedo" de 1953. Se dice que Hitchcock quedó tan impresionado por esta película que en Psicosis retomó una idea de ésta para realizar la tan famosa escena de la ducha.

El guión es del propio Clouzot, en colaboración con Jérome Géronimi, René Masson y Frédéric Grendel, sobre una novela de Pierre Boileau y Thomas Narcejec.

La película tiene una estructura narrativa perfecta, es un thriller muy completo, cerrado, en el que no se utilizan golpes de efecto innecesarios en ningún momento, todo se desarrolla de forma naturalmente cruel, perversa, y con maliciosa premeditación. Esa estructura tan lograda se basa en una perfecta presentación de los personajes y en una cadencia y ritmo exquisita que nos va llevando entre la niebla, hasta el sorprendente desenlace.

El espacio en el que se desarrolla es una parte más de la historia, se trata de un internado donde ese ambiente claustrofóbico y maligno se desarrolla en la mas absoluta libertad. Nos habla de dos mujeres, amante y esposa del protagonista y de como van planeando y ejecutando el asesinato del tirano esposo, amante y director del internado.

Clouzot era una persona con una salud muy delicada, estuvo en cama varios meses por haber contraido tuberculosis; esta podría ser una explicación para que el autor nos creara estos personajes nauseabundos y crueles y esta historia donde el amor no significa nada y donde la venganza y el desprecio lo son todo.

Simone Signoret en el papel de la amante, representa a una bella mujer, fria y calculadora, decidida y sin miedo, que se complementa a la perfección con Vera Clouzot cuyo personaje es más debil, inseguro y sumiso, siempre asustada y sumida en la frustración y el miedo. Estos dos personajes se compenetran a la perfección y le dan el sentido que el autor quiere para su obra.
Paul Meurisse interpreta al tirano director, nunca falto de violencia, machismo, odio, y cualquier adjetivo negativo que se nos pueda ocurrir.

En este entorno se desenvuelve la propia actividad del colegio, donde los niños son maltratados en algunos casos, mientras en la oscuridad se va desarrollando el macabro plan.

Un ilustre clásico del cine de intriga y terror francés que bien podría haber firmado Hitchcock aunque mucho mejor que lo hiciera Clouzot, ya que podemos disfrutar de dos maestros en vez de uno. Sobresaliente.