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Chile Chile · Santiago
Voto de KRIVO:
9
Terror. Ciencia ficción Condenado a muerte por una serie de crímenes que no ha cometido, el Barón Victor Frankenstein trata en vano de explicar a sus carceleros que el autor de esas muertes es un monstruoso ser, creado por él en su laboratorio secreto. Su diabólica ambición de crear vida llevó a Frankenstein a desafiar a Dios, fabricando un ser abominable a partir de cadáveres. (FILMAFFINITY)
20 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, se sabe, "La maldición de Frankenstein" es una adaptación bastante libre que la Hammer hizo de la célebre novela de Mary Shelley. Y me parece correcta la opción, pues se crea un producto renovado, diferente, tanto del original literario como de la clásica versión fílmica de la Universal, con sus propias cualidades.

¿Qué más agregar a este admirable y muy entretenido clásico de la productora británica? Sólo ratificar la maravillosa ambientación y decorados de época (estamos en Suiza, a mediados del siglo XIX) y la acertadísima musicalización con el sello característico de James Bernard, siempre acompañando y creando la atmósfera adecuada. Insustituible aporte.
Terence Fisher lleva la película con dirección firme, elegante, ritmo ágil, con gran capacidad de síntesis, apoyado en un sólido guión y pertinentes diálogos. Muy buen rol de Robert Urquhart (como el tutor de Frankenstein) que antepone, de manera reiterada, el enfoque de la ética, el bien y el papel benéfico de la ciencia, al proyecto delirante del barón. Correctas interpretaciones de los secundarios, incluyendo las hermosas féminas y un sorprendente personaje del barón-adolescente.

El monstruo está bien construido por el gran Christopher Lee, aunque claramente no es su interpretación más destacada, pero logra darle un tono personal y grotesco, más desagradable si se quiere, destacando esa mirada atemorizante, es muy efectivo en lo que se quiere mostrar, un ser incompleto, no terminado. Muy distinto al monstruo clásico de la Universal. Y está bien que sea así, pues la Hammer entregó otro producto, no un remake. Primero, una apariencia física y particularmente un rostro totalmente diferente a aquella icónica figura que todo el mundo conoce hasta nuestros días. Y segundo, una mayor maldad, alejándolo de esa humanidad y compasión que producía la criatura de la década del '30.
Lee enfrentaba un desafío enorme y la tenía muy difícil, pues en el imaginario colectivo de todos (y diríamos hasta la actualidad) estaba grabada a fuego aquella inmortal figura y brillante creación de Boris Karloff. Pero salió airoso, logró entregar otro registro de la criatura, incluso más cercana a la novela original y hasta inspiró a más de una versión posterior.

Pero quiero centrarme en lo que considero es el principal mérito y aporte de ¨La maldición de Frankenstein", de Fisher. La película pone el foco no en el monstruo, sino en su creador y está desarrollada en un extenso flashback (en sentido estricto es un racconto), que es la historia contada por el propio barón. El amo y señor de la función: el Dr. Víctor Frankenstein. Con su complejidad psicológica, su concepto de la ciencia, de la moral y de la vida.
Peter Cushing en ésta -su primera interpretación del barón- y en las sucesivas secuelas de la Hammer, está magistral y carismático. Es EL barón Frankenstein, por antonomasia. El mejor del cine hasta hoy, para mi gusto.
Compone un científico brillante y competente, muy seguro de sí mismo, obsesivo con su trabajo y una absoluta convicción en sus paradigmas. Absorbente, elegante y cortés cuando quiere, de fina ironía y a veces derechamente sarcástico. Pero también es amoral (o podríamos decir, de doble moral), cínico, frío, manipulador, violento cuando alguien se interpone en sus planes, y de una perversidad sin límites. Nada lo detiene en su camino, está dispuesto a todo con tal de conseguir sus objetivos (incluyendo homicidios). De una ambición desmesurada, su ego es inmenso y está por sobre la ciencia misma y por supuesto, por sobre los demás. "No es suficiente con que los muertos vuelvan a la vida. Hemos de crear una criatura desde el principio", le dice el barón a su atónito tutor.
¿Qué es la moral? ¿Qué es el deber ser? ¿Cómo se crea la vida? ¿Dónde y cuándo termina la vida? ¿La muerte es definitiva? ¿Las posibilidades de la ciencia no conocen límites? ¿No hay bioética? (término actual). Son complejas controversias que están latentes y palpitan en el trasfondo de la cinta.

El inicio y el cierre de la película (referidos al mismo momento), son extraordinarios. Aquí vemos reflejada, en la desesperación del barón, su lucha interna, su mentalidad paranoica por lograr su enajenado sueño de crear a un hombre a partir de restos de otros seres humanos. Pero no uno cualquiera, sino la perfección. Esos angustiantes momentos finales del ¨Moderno Prometeo¨, con un Cushing entregado y magnífico, son conmovedores. No muestra señales de auténtica contrición, se desentiende de su responsabilidad por los actos de su criatura y su arrogancia intelectual sigue incólume. "Guarde su consejo espiritual para aquellos que lo necesiten", le dice al sacerdote que lo visita en la celda, en su hora postrera, a quien le cuenta su historia, su verdad. Nadie le cree, nadie entiende su enrevesada personalidad (ni su ex mentor y amigo). Sólo lo ven como un desquiciado más cercano a un criminal, que debe ser ajusticiado y guillotinado.

Esta espléndida película transcurre en su mayor parte en espacios interiores, dentro de una atmósfera inquietante y envolvente, entregando momentos siniestros y detalles macabros. Es de imaginar el impacto que causó en su época de estreno. Al día de hoy podemos seguir apreciando esta notable narración, sus implicancias, cómo se desarrolla, cómo se maneja el suspenso y la tensión.
Para ver y disfrutar el sabor de lo clásico.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
KRIVO
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