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España España · Pontevedra
Voto de The Quiet Man:
9
Romance. Drama Laura Jesson es un ama de casa algo aburrida de la rutina que vive con su marido y familia. Una vez a la semana, suele ir a la ciudad de compras. En uno de esos viajes rutinarios, Laura coincide con el Dr. Alec Harvey en la sala de espera de la estación de ferrocarril. Ambos son de mediana edad, casados y tienen dos hijos cada uno. Comienzan a hablar, y tras disfrutar cada uno de la compañía del otro, ambos continúan reuniéndose ... [+]
12 de enero de 2012
23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque David Lean alcanzó su máxima notoriedad exhibiendo su talento para manejar las costosas superproducciones de Hollywood, dejándonos obras épicas y grandiosas, mucho antes, en su etapa británica, ya había demostrado lo poco que necesitaba para hacer una película clásica y eterna; como es el caso de “Breve encuentro”, un hondo e íntimo melodrama. Con suma delicadeza disecciona la crónica de un sentimiento desbocado que se precipita en una espiral de sufrimiento. Narrada en flashback, un simple gesto nos introduce en la historia: la leve presión de la mano de Alec (un elegante y correcto Trevor Howard) sobre el hombro de Laura (una magnífica Celia Johnson), un pequeño detalle sutil que nos anticipa la tragedia de lo imposible.

Ante todo la película es un ejercicio de exquisita honestidad. No se le ofrece al espectador la más leve excusa o justificación, el matrimonio de Laura es presentado en un entorno de plácida felicidad rutinaria. Es precisamente esta gris cotidianidad la que remarca la pasión ingobernable que domina a los protagonistas. Con brillantez y elegancia se muestra cómo van construyendo su pequeño mundo particular de los jueves, que es relatado con una cierta impronta onírica que contrasta con el tratamiento más formal de la realidad que les rodea; y cómo la toma de decisiones, los impulsos, su felicidad en definitiva, van siendo mediatizados por la presión de unos códigos preestablecidos, que atenazan sus voluntades, hasta hacerles sentirse infames y degradados.

La mirada y la voz en off de Laura son los principales elementos en la construcción de un personaje femenino inolvidable, utilizados con maestría por Lean, se adueñan de la pantalla de una manera tan incisiva que consiguen transferirnos su angustioso tormento interno. En esto es fundamental la presencia de los personajes secundarios, cuyas intervenciones ayudan a rebajar la tensión que en algunos momentos llega alcanzar la película. Las oscuras localizaciones nocturnas, el entorno de la estación y la contundencia vehemente del concierto para piano nº 2 de Rachmaninov contribuyen a intensificar la amargura de esta breve historia de amor extemporáneo.

La fascinación que transmite la película perdura en el tiempo, y en los visionados posteriores. De alguna forma esta triste historia de un amor imposible permanece en nosotros y no termina de evaporarse.
The Quiet Man
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