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Voto de Franc Garciapons:
9
Drama Libremente inspirada en un episodio que marca el fin de la carrera del filósofo Friedrich Nietzsche. El 3 de enero de 1889, en la plaza Alberto de Turín, Nietzsche se lanzó llorando al cuello de un caballo agotado y maltratado por su cochero y, después, se desmayó. Desde entonces, dejó de escribir y se hundió en la locura y el mutismo. En una atmósfera preapocalíptica, se nos muestra la vida del cochero, su hija y el viejo caballo. (FILMAFFINITY) [+]
8 de agosto de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película no apta para todos los públicos. La fotografía es soberbia. La sencillez y los casi inexistentes diálogos de su guion configuran su esencia contemplativa y reflexiva. Entre la parsimonia de silencios y los ruidos de un viento sempiterno, y narrando seis días del año 1900, se refleja la filosofía pesimista y existencialista que a menudo se encuentra en el cine de Béla Tarr.

Aunque no lo parezca por su desnudez y sobriedad, en esta película Tarr aborda temas profundos y abstractos relacionados con la naturaleza humana; la inevitable decadencia prometeica, el pesimismo existencial, la dinámica de competencia y destrucción, el desarraigo de la naturaleza como fuente de desgracia ontológica, la inexistencia de Dios y la moralidad, la desaparición de valores del bienestar comunitario, el patriarcado... En definitiva: la consumación de la modernidad como revelación que conduce a la extinción de los valores tradicionales y a la aceptación de una realidad más cruda y nihilista.

Un viento nómada e itinerante como un circo enmudece con criterio las palabras superfluas, cuando se escruta el mundo con afán y detalle.

EL CABALLO DE TURÍN

En terroso yermo de créditos hundidos,
desde la pupila del enfermo caballo aciago;
espejo de un mundo de cogollos deshilados,
que urde lienzos de naturaleza avejentada,
en litigio al hombre que maneja la máquina.

Almas en los yunques del eterno retorno,
de un viento prolijo que agobia sordo lamento,
y revela destinos al despeinar expectante crin;
vacua y ciega vanidad de angustia de poder,
cierra en pozo sempiterno la oferta telúrica.

Franc
Franc Garciapons
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