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Estados Unidos Estados Unidos · Nueva York
Voto de Salvapantallas:
6
Drama Mississippi, años 60. Skeeter (Emma Stone) es una joven sureña que regresa de la universidad decidida a convertirse en escritora. Su llegada altera la vida de la ciudad e incluso la de sus amigos porque se ha propuesto entrevistar a las mujeres negras que se han pasado la vida al servicio de las grandes familias sufriendo todas las formas de discriminación racial. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Una comparación paralela)

Caminar por las calles de esta ciudad nunca había sido tan peligroso, por más gris que siempre haya sido. Pero como a mi me sobran las agallas y además siempre las pregono como lo que debe tener toda película pasa ser recomendable, las instalo en mis dos piernas y me lanzo al andar. De soledades no conozco en estos días. Así pues, a la mano tengo la compañía de la admiración y la escucha, del amor y la paciencia. Entonces hay que aumentar la seguridad, las agallas deben ser más poderosas. El camino lo vale. Cruzar cada esquina revitaliza el tema y convierte esa travesía una experiencia de la calma y la unión. Suelo equivocarme, por lo tanto se enciende la pelea, pero siempre encontraré el camino de regreso a mi compañera.

Esa experiencia previa a la sala de cine, pues ese era el destino de la larga caminata, es un sinónimo de lo observado en la pantalla. The Help también entra en unas calles que merecen las agallas, pues el camino vestido de amarillo va a ser largo y peligroso, pero esta vez los realizadores no se las montan al caminar. Lanzar una historia como esta sin el empuje de las arremetidas violentas, sin la remarcación de los giros narrativos, sin el vertiginoso debate del bien y el mal yendo y viniendo como vicioso, nos da un resultado tan suave e inestable como andar por Lima con las joyas en las muñecas, dispuestas a ser robadas. Porque el conflicto y la pelea van a existir, inminente, los agravios contra Viola y compañía van a llegar más temprano que tarde, y darles un camino de regreso no será fácil sin los ingredientes naturales y convencionales: el maltrato y la carne cruda.

Se equivoca el obvio señor Taylor con el azucarero abierto para adornar las hojas de un guión chato y estereotipado, tan ligero como una pluma y tan simpático como la taquilla del box office, y las tácticas de una dirección sin cartografía del ambiente y personajes, y con una capa de la mejor silicona en la equivocada visión mañosa del material explosivo que tiene entre manos. Porque no nos lleva a Jackson, nos mantiene en el mundo de hoy, intentando manipular al espectador a sus anchas.

Donde todo se sabe y no hay agallas, para su suerte, no se equivocan las mujeres que, alejadas de las artes de repostería, agarran esas hojas de manjar blanco y las hunden en profundidad de significado más allá de un bando y otro, más allá del separate but equal, más allá del feel good. Todas le dan ingredientes distintos a la violencia para retornar al lado estable, lejos de la pelea. Expresividad y emotividad. Personalidad. Carácter. Decisión. Power. Porque la búsqueda de la verdad no siempre comienza por el dolor. Le dan a la historia un interés, al mensaje un rostro digno y valiente, un tempo cronometrado al milímetro y una sutileza que corta como un bisturí todo en su momento. Le dan a sus personajes lo mismo que yo encuentro en la compañera: un motivo para existir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Salvapantallas
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