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España España · Granada
Voto de Alien:
8
Drama. Cine negro Verano de 1949. Ed Crane (Billy Bob Thornton), un introvertido barbero de un pueblecito del norte de California, se siente insatisfecho de su rutinaria vida. Las infidelidades de su mujer (Frances McDormand) le brindan la oportunidad de ejercer un chantaje que podría ayudarle a cambiar su apática existencia. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hablar de una película de los hermanos Coen es siempre una tarea que se antoja difícil debido al cine tan peculiar que suelen ofrecernos. Personajes variopintos, situaciones surrealistas, diálogos que, más que diálogos, parecen rompecabezas y, sobre todo, una visión y humor tan personales que es normal que algunos espectadores huyan de sus películas. Otros muchos, sin embargo, nos hemos dejado atrapar por el universo coeniano y, una vez dentro, ni podemos ni queremos salir de ese mundo que nos deslumbra, a pesar de que nos es difícil entender y explicar con palabras el motivo de nuestra fascinación por ese cine. En este caso, la película titulada “El hombre que nunca estuvo allí” (2001), atiende a las características mencionadas.

Ambientada en una pequeña ciudad de California en 1949, la narración comienza en una barbería donde Ed Crane (Billy Bob Thornton) se nos presenta como un hombre conformista, aburrido, poco hablador y que se dedica a cortar el pelo, aunque no se considera barbero porque, simplemente, nunca buscó serlo. La primera escena, que está presentada elegantemente con una preciosa fotografía en blanco y negro, una música de piano magnífica y un montaje preciso que acompaña a la perfección todo lo que nos cuenta Ed Craine mediante voz en off, es suficiente para que los Coen ya me hayan convencido y esté dentro de la historia.

Poco a poco se nos van presentando más personajes y la relación entre los mismos. Los sucesos se van complicando cada vez más y lo que parecía ser una simple historia de un hombre corriente se convierte en algo más complejo. Y es que los hermanos Coen no han hecho otra cosa que servirse de muchos de los elementos que caracterizan al género que quieren homenajear: el cine negro. Porque en “El hombre que nunca estuvo allí” tenemos el blanco y negro, la constante voz en off, la pantalla llena de humo de cigarrillos, la mujer fatal, el adulterio, el chantaje, la trama cada vez más enrevesada y, por supuesto, el asesinato. Pero todo esto con ese toque que los directores impregnan a sus películas y las hace especiales. Tan solo hay que ver la escena en la que el abogado se marca un monólogo sobre el principio de incertidumbre de Werner Heisenberg (“cuanto más observas, menos sabes de la realidad”) que resulta tan embarullado como desternillante y que es perfectamente reconocible como puro cine de los Coen.

A lo largo de la película podemos observar que hay una desmitificación del sueño americano o al estado de bienestar, pues tener un trabajo estable, una casa en una zona tranquila, un coche, una esposa y todo lo que nos venden para tener una vida llena de satisfacciones, resulta que es lo que a Ed Crane lo tiene hastiado y lo lleva a tomar decisiones desesperadas para intentar cambiar su miserable vida. Pero, a veces, cuando se quieren cambiar las cosas, no hacemos más que complicarlas todavía más, como cuando Ed quiere cambiar su forma de vivir, pero para ello se inventa un chantaje y es lo que hace que se desencadenen todos los sucesos que ocurren al final.

Cabe destacar que la película está llena de personajes que aparecen poco pero que son claves para el desarrollo de la trama y que están interpretados por un reparto de primer nivel como Frances McDormand, James Gandolfini, Richard Jenkins y una jovencísima Scarlett Johansson. En este apartado quisiera nombrar a actores menos conocidos pero que hacen un trabajo como mínimo tan bueno como los anteriores y que ya habían trabajado antes con los Coen: Jon Polito, Tony Shalhoub y Michael Badalucco. Pero la mención especial es para Billy Bob Thornton, que se come la pantalla y es al que escuchamos continuamente en voz en off, pero que es un personaje poco hablador, como bien dice al principio de la película, y eso hace que cuando interactúa con otros personajes deba servirse principalmente de su expresión facial y gestos corporales que borda a la perfección, realizando una de las mejores interpretaciones de su carrera.

Con poco más que añadir, acabo diciendo que quien no haya visto esta película o la tenga lejana, le animo a que se acerque a ella, pues solo por su gran fotografía (Roger Deakins), la música (Carter Burwell y algunas piezas de Beethoven y Mozart), el trabajo del reparto y adentrarse en el mundo de estos hermanos Coen, ya merece la pena darle una oportunidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alien
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