La típica película ideada para cinéfilos que no quieren desentonar con los cánones de algunos críticos y directores. Resulta que M. Antonioni dijo aparentemente que esta era una película excepcional. A partir de allí, supongo, se crea el mito sobre "El color de la granada". Salvo el colorido, no hay nada en esta película que valga la pena. Estamos ante una sucesión de imágenes inconexas, generalmente de personas que miran de manera impávida a la cámara. No hay una trama que seguir. No hay una historia inteligible que contar (obviamente los "listillos" si la encontrarán). No hay un guión inteligente que escuchar. No hay una banda sonora que te entusiasme. Las actuaciones son lo más teatral que podrás ver desde los comienzos del cine mudo. Y bueno, sólo se salva el color y la fotografía, y, en algunos casos la puesta en escena ingeniosa aunque sin sentido. Es de esas películas que sólo vez porque figura en el libro "Las 1001 películas que hay que ver antes de morir ". Una vez que saliste airoso de la tortura (que es cuando la terminas de ver), dejas finalmente de mirar el reloj cada cinco minutos y quedas con una sola y única certeza: NUNCA MAS ME ENCAJAN ESTE BODRIO !!!