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Voto de Vivoleyendo:
8
Acción. Thriller Tras eliminar a algunos miembros de la banda que intentaron asesinarla el día de su boda, "Mamba Negra" (Uma Thurman) intenta acabar con los demás, especialmente con Bill, su antiguo jefe (David Carradine), que la había dado por muerta. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2007
50 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
De acuerdo, chicos. Habéis ganado. Me rindo. La segunda parte de la saga me ha gustado. Lo reconozco.
Nunca creí que diría eso de alguna película de Tarantino, y creo que será la última vez que lo diga, así que empapaos bien, chicos: me ha gustado una película de Tarantino. De hecho, antes de esta segunda parte, la primera parte de Kill Bill era la única de Quentin que no me parecía deleznable.
En fin, confesiones aparte, creo que estoy en disposición de empezar.
Lo que realmente me ha atrapado de "Kill Bill 2" es el hecho de centrarse en el pasado de Beatrix y Bill, y sobre todo en los orígenes y fundamentos de su relación de amor y odio. Lejos de centrarse en cansinas escenas de peleas y huecas parafernalias de artes marciales, nos ha entregado una historia intensa y profunda, con lo diálogos más interesantes y, me atrevería a decir, más sobrios y casi poéticos de lo que jamás he escuchado en una película de Quentin. En lugar de las consabidas frases recargadas de palabrotas y estupideces para causar efecto a través de lo soez, me he encontrado con un guión notable, inteligente, filosófico, duro pero no hasta el extremo de lo desagradable y, en ocasiones, dulce, ocultando un caramelo envenenado, porque en una historia como ésta lo dulce siempre viene acompañado por un fondo de amargura, de amenaza latente. Probablemente eso haga que la trama sea aún más fascinante.
O tal vez debería comentar que no sé si me ha fascinado todavía más esa faceta encantadora de Bill. El asesino despreciable, frío y despiadado que sin embargo es capaz de sentir amor por la única mujer a la que admira, cuyos sentimientos por ella rayan en la veneración. El asesino que es capaz de apreciar la belleza que pese a todo hay en esta vida. La extraordinaria complejidad del personaje actúa como un imán y hace que no lo miremos simplemente como al asesino, sino como al ser humano imperfecto que es. Y, comprendiendo sus orígenes, el modo en que se gestó en él el hombre que deparó en asesino por las circunstancias, por tener que aplicarse a la ley de la selva: matar para que no te maten. Matar como medio de defensa de tu propia vida cuando vives en un nido de serpientes... Como decía, cuando realmente lo comprendemos es cuando surge en nosotros el reconocimiento e incluso el respeto.
Los orígenes de la venganza de Bill y Beatrix Kiddo nos envuelven de lleno en la que antes nombré como su relación de amor y odio. Descubrimos el proceso por el que el amor desembocó en odio y pese a todo el amor sigue presente, palpable y sólido como un muro. ¿Cómo puedes amar a tu némesis? ¿Cómo puedes amar a tu peor enemigo y más devoto amante? ¿Cómo puedes odiarlo?
Si existe algún honor en la venganza, es el de admirar las cualidades de tus adversarios y el hecho de que ellos admiren las tuyas. Sobre todo si, tanto unos como otros, saben que son rivales formidables.
Sigo en el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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