Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
5
Ciencia ficción. Fantástico Tras una apocalíptica guerra nuclear, el mundo ha quedado devastado. Un grupo de científicos del bando vencedor llega a la conclusión de que el único modo de salvar a la humanidad es recurriendo a los viajes a través del tiempo: o bien mandar a una persona al pasado para pedir ayuda, o al futuro para buscar una solución a la situación presente. El elegido para realizar el viaje a través del tiempo es un prisionero. Historia de corte ... [+]
3 de febrero de 2010
10 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lástima que este mediometraje de Chris Marker, surgido en plena era de la Nouvelle Vague y la Rive Gauche, se quede en una curiosidad experimental que, vale, tendrá su intríngulis y todo eso, pero que me deja casi tan indiferente como si hubiera visto un anuncio de la televisión de cerca de media hora de duración. Y no es tal vez por lo que cuenta, que podría ser cojonudo, sino por cómo lo cuenta.
Técnicas novedosas y rompedoras, queriendo marcar claramente la diferencia con el cine convencional. Un corto rodado casi en su totalidad con fotografías y voz en off, con una temática apocalíptica y de disección de los abismos del espíritu. Un aeropuerto, donde las familias van los domingos a ver el trasiego de los aviones. Un niño testigo de una tragedia. Y años más tarde, la Tercera Guerra Mundial, la Humanidad en extinción e intentos desesperados por encontrar auxilio.
El niño protagonista ha crecido y ha sido tomado prisionero. Se le hará viajar en el tiempo, para buscar la ayuda que salve a la especie humana. En el pasado añorado, en un futuro en el que los hombres hayan encontrado el medio para continuar.
Pero, digo yo... Si es obvio que existe un futuro, ya que el protagonista lo atisba... ¿Por qué seguir preocupados por el destino? ¿No queda claro que habrá salvación? De otro modo, él no habría visto más que la nada. ¿Para qué perdir ayuda, entonces? A no ser que, dentro del plan, entrara el de esos viajes temporales para contactar con una era lejana que aún está por venir.
Lo mejor, lo que insufla un poco más de interés en el corto, es la exploración del pasado. Los recuerdos están anclados en nosotros con garfios que no se pueden arrancar. No importa si lo que recordamos sucedió o no, porque nuestra memoria está hecha de espejismos, de fantasmas que se aferran a los salientes del cerebro hasta que confundimos realidad y fantasía. Muchas veces creemos rememorar cosas, que en realidad nunca ocurrieron. Tal vez las soñamos, y la mente suele confundirlas. Pero todo eso, la verdad y la mentira, es la carga de nuestro pasado, que llevamos hasta el presente. Quizás nos quedamos con lo que nos gustaría que hubiera sucedido. Quizás aquel niño se enamoró de aquella desconocida en aquel aeropuerto mientras presenciaba la muerte de un hombre. Quizás todo fue una alucinación. Pero para él está tan viva como él mismo.
Con la oportunidad de regresar al pasado de su mente, volverá a lo que más ama, el recuerdo de un rostro que se le grabó para la posteridad.
Pero el pasado esgrime sus trampas traicioneras. No podemos anclarnos en él y olvidarnos del presente. Ni del futuro que tiende sus manos inciertas. El tiempo que ya se fue no se puede recuperar.
Tal vez, en nuestro efímero periplo por este valle de sombras, la felicidad sólo sea un chispazo infinitesimal que dura lo que un rayo en una tormenta, justo antes de que nos llegue la hora. Porque nuestra hora, esa hora temida del final, invariablemente llega muy pronto.
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow