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Voto de Vivoleyendo:
7
Drama. Comedia Johnny Marco (Stephen Dorff) es un actor de gran éxito cuya vida de excesos y lujo cambia por completo cuando, sin previo aviso, se presenta su hija de once años (Elle Fanning), fruto de un matrimonio fracasado. Johnny es una estrella de cine que vive en un lujoso hotel de Hollywood, conduce un ferrari y sale con bellas mujeres sin comprometerse con ninguna. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Complicado que interese el careto de tedio de una estrella de Hollywood forrada y harta de alcohol, cigarrillos, saraos y mujeres. Tanta pasta, una legión de fans, empleados complacientes, lameculos colocando alfombras rojas a sus pies y tías que se le echan encima en pelotas como lobas en celo, y va el tío y se aburre. El dramón del siglo.
Sorprendentemente, interesa. Vemos al actor en su faceta más ordinaria. Durmiendo, con cara de recién despierto, despatarrado en el sofá, sin hacer nada durante largos ratos, echándose tragos al coleto, y aguantando el tirón mientras finge que se divierte en las fiestas a las que lo invitan o cuando le envían bailarinas de strip. Y no digamos ya el esfuerzo de tener que cumplir con las mujeres con las que se acuesta y cuyos nombres ni siquiera recuerda.
El actor de portada de revista está muy lejos. En sus ratos libres, Johnny Marco es un pobre diablo desorientado y sobrepasado por la fama que lo persigue. Se le ve fuera de lugar en las entrevistas, en los actos de homenajes y en las entregas de premios. Se ridiculiza ese tinglado infernal y acelerado del mundillo televisivo. Sofia recalca la ironía en las escenas, bastante bochornosas, en las que Johnny se ve forzado a soportar lluvias de preguntas a las que no sabe o no tiene tiempo de responder, o se queda como un pasmarote en medio de coros de bailarinas que hacen el tonto con canciones estúpidas, rodeado de esa untuosa euforia mediática que agota mucho más de lo que satisface.
Las muecas de circunstancias del actor lo acercan al público medio anónimo que tiene sentido del ridículo y las mismas ganas de salir pitando ante la alarma que resuena cuando se huelen horas fastidiosas por delante.
Y lo que termina de alzar esta historia que puede pecar de insustancial es la presencia de Elle Fanning. La niña ilumina y tira de su descentrado padre hacia el lado entrañable y próximo. A todos nos gusta estar viendo la tele en buena compañía, comiendo juntos, jugando a la consola o bañándonos en la piscina. Ricos y menos pudientes.
Un padre que adora a su hija es como cualquier padre similar. Porque ella es la chica de su vida, la niña de sus ojos. Aunque no sea el mejor padre del mundo.
Por ella él es capaz de despertar.
Por eso Johnny me cae bien.
Vivoleyendo
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