Tim Robbins llegó a alcanzar un cachet alto con su papel cumbre, en "Cadena perpetua". También brilló bajo las órdenes de Eastwood en "Mystic River". Aparte de eso, no recuerdo haberlo visto en películas destacables, con excepción de "La vida secreta de las palabras". En "La guerra de los mundos" era un secundario, y la de "Erik el vikingo" ya ni la recuerdo. "Misión a Marte" me resultó fallida.
Creo que su carrera ha desaprovechado sus dotes, pero tiene a su favor el no haberse encasillado y haberse arriesgado en la dirección.
Con él me pasa como con otros grandes a quienes no les importa incluirse de cuando en cuando en proyectos modestos. Me gusta verlos a veces en papeles sencillos y cómicos. Aunque "Nada que perder" no sea ni siquiera una película que se pudiera calificar como buena, con Tim nos reímos seguro. Y yendo acompañado del plasta de Martin Lawrence, que le da una simpática réplica, este dúo de patosos nos distrae en alguna tarde corriente.