El personaje principal, un ex depredador, escribe conclusiones lúcidas en un diario a las que finalmente no obedece. Y, lejos de comprender con empatía esa contradicción, me resulta simplemente incoherente y me sobran todas esas reflexiones sin peso ni misticismo.

Creo también que hay un grave error de casting en esta película. Sigourney Weaber tiene mucho magnetismo y el personaje que interpreta resulta muy imponente frente a la pareja enamorada que propone Mr. Schrader. El personaje de Joel Edgerton destila una distancia que no es atractiva y más bien, me despierta cierta indiferencia al igual que su joven y conflictuada novia.

Si bien el guión por momentos tiene inteligencia y sutileza para criticar lamentables prejuicios aún presentes (sobre el racismo, sexismo, drogadicción, adoctrinamiento político), considero que no redondea ninguno y por el contrario, el final de la película parece resolver mágicamente cada uno de ellos. Hasta sus enemigos tan visualmente inofensivos y yonkis terminan ayudando a la pareja "pecadora" a negociar una absolución que -en efecto- ES obscena.

En fin, para mencionar dos últimas cosas, me sobra una escena (muy cursi) donde la pareja va en un auto y se les ve sonreír por primera vez mientras observan la carretera rodeada de bosque floreciente. En lugar de conmoverme, me resulta un poco ridículo y por ende, gracioso. Por otro lado, la historia familiar del ex depredador no pincha ni corta. Está colocada no sé con qué propósito, me lo sigo preguntando.

Mi conclusión: No somos plantas Mr. Schrader, considero que somos más complejos todavía, para bien y para mal. De manera que, un rejuvenecimiento tan mágico y hermoso como el de las flores, no es posible ni plausible y menos para la historia cliché de estos personajes.

Fuera de todo, usted tiene enormes kilates y todos muy bien ganados, con lo cual continuaré viendo cada uno de los trabajos que ofrezca, pues su estilo tiene siempre un toque placentero y autónomo. Gracias por eso.