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Voto de Karlés Llord:
9
Western. Drama La relación sentimental entre Vienna, la propietaria de un salón situado en las afueras de una ciudad del Oeste, y Johnny Guitar, un pistolero con el que se vuelve a encontrar en un difícil momento, constituye todo un clásico que alcanzó un gran éxito de taquilla. (FILMAFFINITY)
13 de marzo de 2010
19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
EL SONIDO EN EL AGUA

“Los sonidos no cesan en el agua tan rápidamente como en el aire y alcanzan distancias mucho mayores. Por ello, es posible oír el sonido de las hélices de un barco a una distancia de 15 a 18 kilómetros.”

(http://tecnologia.idoneos.com/index.php/La_velocidad_del_sonido)

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¿La ley de la selva era la ley del revólver?

No, era la ley del miedo, la ley de las multitudes. También, la ley de las grandes tragedias clásicas, con esas escenas capaces de trastornar un alma y hacerla reflexionar acerca de sus propios límites…

Nicholas Ray es la tragedia como fuerza de la naturaleza. Y la tragedia eminentemente cinematográfica. Esa escena donde aparecen todos los hombres del pueblo vestidos de negro (vienen de un entierro) y Vienna los recibe completamente vestida de blanco, tocando el piano…la tensión de toda esa escena es de una densidad casi insoportable, que encuentra su contrapartida poco después, en el primer plano de Emma alegrándose de manera demente ante el palacete de Vienna incendiado.

Y ese comienzo, con tantos personajes juntándose en un mismo lugar, con todos sus roles todavía por definirse, esa ambigüedad inicial, de no mostrarnos los bandos, sino sólo una masa de personas en tensión, como un reacomodo telúrico de fuerzas antes de un terremoto…
Y el incomparable Johnny Guitar, sin duda uno de los pistoleros más ‘completos’ de la historia del western, con lo que quiero decir que no es sólo un estereotipo con cara larga y buena puntería (de hecho aparece al principio con su guitarra, repartiendo dulces melodías) sino que es un hombre-niño que ha sido herido en su alma y está dispuesto
a considerar de manera diferente una serie de cosas…

La paleta expresiva de Nicholas Ray en esta película es de un sinfonismo abrumador…puede hacer un tutti de orquesta con todos los instrumentos sonando al unísono, y también largos legattos con instrumentos solistas, pasando de un nivel a otro con un sentido perfecto de la transición; ya entiendo por qué Godard deliraba con este realizador, llegando a decir que“si el cine no existiera, Nicholas Ray, por sí solo, da la impresión de que podría inventarlo”…

Y ciertamente, he visto pocas películas donde un director maneje sus recursos con tanto riesgo y tanta eficacia, y siempre con un fin expresivo…esa escena donde Johnny cambia con rapidez su pistola de una mano a otra, mostrando hombría, nerviosismo, dolor, maestría…con ese movimiento de pistola, expresa más emoción que con cien disparos…

Una obra maestra absoluta…
Karlés Llord
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