Al principio no me parecía una película merecedora de tan mala crítica: había una buena ambientación y una típica presentación de personajes… Pero claro, cuando empieza la “acción” propia del slasher allí se ponen en evidencia las serias limitaciones de un filme que ni siquiera se toma en serio a sí mismo, pues directa o indirectamente esta cinta termina siendo un espectáculo circense más cercano a la comedia gamberra que una película de terror ultraviolenta sobre psicópatas sedientos de sangre.

Se nota que tanto Renée Zellweger como Matthew McConaughey se toman en serio el filme: la primera como víctima que grita y escapa todo el tiempo y el segundo como el cabecilla de una familia de dementes que gozan haciendo sufrir a todo aquel que pase cerca de su casona situada en la mitad de la nada.

Pero claro, por más que haya dos interesantes actores haciendo todo lo posible para sacar adelante la cinta, no pueden disimular las serias falencias y las groseras estupideces que dan vida a la trama de este esperpento cinematográfico llamado “La matanza de Texas: la nueva generación”.

Por momentos además de parecer más una comedia por sus torpezas que un slasher gore de terror (es más, no hay sangre en el filme!!!) , también parece que el director quisiera a propósito faltarle el respeto a los personajes de la saga. Es imposible delinear a un LeatherFace tan ridículo como aparece en pantalla, quien resulta más parecido a un travesti travieso que a un psicópata ávido de tripas.