Dredd (2012) es una película ácida, frenética, corrosiva, sucia, sin concesiones con ningún personaje, durísima, ultraviolenta, gore, bestial, oscura... una versión que hace que aquella cinta de Stallone sea infantil y light. En esta nueva adaptación no hay chistes sino que se los reemplaza con violencia desmedida.

Hay en Dredd una película no apta para todo público, sobre todo para los de estómagos sensibles que no toleran grandes cantidades de sangre ni truculencias. Esta versión nos muestra un futuro más distópico y corrupto aún que el que mostrara la versión anterior.

A mi gusto la versión de Stallone es más comercial y efectista, destinada a entretener al público que se vuelca en masa en los cines buscando diversión pasajera. Y no es que esta cinta de Pete Travis sea más compleja o con mucha sustancia narrativa para analizar, sino que es distinta porque se presenta más sórdida y repulsiva, bien explícita en su violencia como si se tratara de una película de terror gore.

Si tengo que elegir una película prefiero a esta versión, me parece más seria y menos comercial.
Si tengo que elegir un actor protagonista prefiero también a Karl Urban, quien logra componer a un Juez Dredd muy frío e insensible en su misión de hacer justicia.
Si tengo que elegir a una actriz protagónica aquí me quedo con la bella Diane Lane, quien allá por 1995 supo cautivarnos con su personaje y con su sugerente vestuario.
Y si tengo que elegir un villano digo que me quedo con las ganas de ver algo mejor, ya que ni Lena Headey en 2012 ni Armand Assante en 1995 lograron dar vida a un antagonista carismático e inquietante como se merecían los filmes.

Dredd (2012) es un filme que además posee un ritmo narrativo incesante, no hay descanso y la trama nos ofrece una retahíla de situaciones hiper-violentas donde el salvajismo, la crudeza y la bestialidad se hacen constantemente presentes.

Cabe mencionar que en esta nueva versión se muestran algunos pasajes muy originales donde el lirismo (ensoñaciones alucinógenas) puede convivir perfectamente con imágenes impactantes por su crudeza y violencia. Ello gracias a la original inventiva de Pete Travis y su puesta en escena, quien logra que ambos elementos convivan armónicamente a pesar de ser aparentemente opuestos.

Por último cabe destacar que Dredd (2012) no posee un gran presupuesto, aún así es una interesante película clase B que no necesita de impactantes efectos digitales para mantener cautivado al espectador.