Una cinta original y lo suficientemente ingeniosa para destacarse en algo del resto de cintas del género, que en cierta forma homenajea a otros filmes con constantes referencias cinematográficas hacia obras consagradas.
La idea me resultó válida, el mostrar cómo se funden la realidad con la ficción combinando el mundo cotidiano con las circunstancias propias de la creación artificiosa que el cine constituye. La idea es la auto-parodia sobre los tópicos de los filmes de acción y pasar un rato divertido junto a sus estereotipados héroes.
Desde las interpretaciones tenemos a un Arnold Schwarzenegger a sus anchas en el típico papel de héroe de acción fortachón, un sugerente y por demás de convincente Charles Dance como villano de turno, la simpática aparición de Anthony Quinn. Y a no soslayar la satisfactoria aparición de Austin O'Brien (de sólo 12 años) en su segunda presentación en la pantalla grande, esta vez demostrando suficiencia para hacerse cargo de un protagónico.
Claro que la trama –si bien es astuta- no se aparta de los convencionalismos del género y en su desarrollo se podrán ver persecuciones, exageraciones y todo tipo de situaciones vistas hasta el hartazgo dentro de lo que la industria de Hollywood produce generalmente.
Por último no dejo de destacar la música metalera que acompaña las variantes: así Megadeth, Alice in Chains, Def Leppard, Aerosmith, Tesla, Queensryche, Ántrax y el maravilloso “Big guns” de AC/DC serán una gratísima y estimulante escolta melódica ante tanta adrenalina que surge de las imágenes.