Sin lugar a dudas que es una obra destacada por su carácter oscuro, perverso, intrigante y místico.
Todas esas características combinadas dan por resultado un cóctel atractivo. Porque en todo momento es efectiva desde su objetivo de generar suspense con un “in crescendo” narrativo absorbente, ya que su argumento va entramándose y generando incógnitas, donde el perfil sórdido y siniestro nos va envolviendo sin desengancharnos nunca.
La película tiene un ritmo aplomado, sin demasiada acción, pero se va desenvolviendo en sus alternativas con estilo sombrío, donde los personajes que van apareciendo y sus pasados configuran un inquietante panorama para mantener siempre vivo el interés del espectador.
Y si hablamos de uno de los principales méritos que la cinta posee, tendríamos que mencionar su desenlace, el cual nos deja atónitos por su factor sorpresa y por su giro 180º. Ello es lo que nos hace sentir al final del filme que estamos en presencia de una cinta destacada. Además de que está muy bien interpretada por Mickey Rourke; Robert De Niro aparece poco pero genera zozobras y misterio con su caracterización; hay suficiente intensidad en las variantes como para ser un thriller urbano con toques sobrenaturales de magia negra; está bien acompañada desde su sutil y tenebrosa partitura; y es sumamente sugerente desde su oscura y lóbrega estética que destilan sus escenarios.