Empezaré diciendo que la primera me sorprendió gratamente. Esperaba lo peor y, quitando los 10 últimos minutos, me gustó bastante -tanto más vistas las cosas con que nos obsequia DC desde el Batman de Nolan-. Después de ver un trailer en que Steve Trevor -el novio de Diana de los 50- tenia casi el mismo tiempo en pantalla que ella, supuse que nos iban a vender la Cenicienta con un par de peleas de puñetazos. Y mira, no fue así, y yo que me alegro. Sin embargo esta entrega ... ¿es la peor película de superhéroes de la última década? No, pero ahí anda compitiendo (con Aves de presa, sin ir más lejos; quitando Capitana Marvel, creo que no hay nadie capaz de hacer una peli decente de superheroínas -da que pensar).

Pongámonos en situación. Más allá de introducir todas las tropes posibles de los 80 en el metraje (un robo en un centro comercial perpetrado por tíos con barriga, rizos y bigote. ¿En serio, Diana? Sea usted semidiosa para ésto) y todos los estereotipos fáciles de género posibles (parece que Diana está especializada en salvar niñas pequeñas, mire usted), es que el guión es una calamidad.

Resumen de la historia sin spoilers: Diana lleva desde la primera guerra mundial encerrada en su casa en plan solterona con gatos porque echa de menos al gran amor de su vida, que conoció durante dos semanas y que si habéis visto la primera parte ya sabéis de qué forma tan superflua eliminan de la historia. Steve aparece otra vez (no es spoilers porque sale en el trailer y el el reparto) y la primera hora y media de la película se transforma en una larguísima y aburridísima cita con ropa de los 80. Luego tenemos alguna escena de acción en la que menos mal que está Steve porque si no a Wonder Woman le hubieran dado lo suyo y lo de su prima y de por medio hay como malos y tal que no es que ya no nos sorprendan a los que leemos comics, porque los nombres son los que son, sino que en el minuto uno ya hay un cartel apuntándolos.

Pero lo que realmente clama al cielo es Wonder Woman en plan que le den al mundo, yo lo que quiero es estar con mi hombre. Vaya, que se queda a dos telediarios de loca acosadora. Menos mal que está Steve, que además de todo es la voz de la razón (te adoro, Chris Pine, pero sinceramente creo que sobras en esta película, aunque culpa tuya no es). Mucho feminismo y mucha gaita, pero al final, hacemos una historia de amor (o de obsesión no se, pero mala, es muy mala) con superhéroes. Si se pueden considerar superhéroes, habida cuenta de que durante más de la mitad de la película, Diana ni se pone el traje.

Y de los efectos especiales mejor no hablar, igual en el cine se veían mejor, pero en pantalla hay escenas de saltos y en concreto todas las del lazo de la verdad que dan vergüenza ajena.

Le doy un 3 porque me gustan los actores principales y me da pena darle menos, bastante han tenido con salir aqui. Por lo demás, voy a hacer como con los Inmortales ++ y fingir que esta película nunca ha ocurrido.