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Voto de travis braddock:
7
Drama Una terraza sobre La Habana, la vista panorámica de la puesta de sol. Cinco amigos se reúnen para celebrar el regreso de Amadeo después de dieciséis años de exilio. Desde el crepúsculo hasta el amanecer, recuerdan sus tiempos de juventud, el grupo que formaban, la fe que tenían en el futuro, y también su desencanto. (FILMAFFINITY)
19 de abril de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuba es un país que en el imaginario colectivo permanece como un lugar de clima agradable, amigable, buen alcohol, mejor tabaco y un gobierno dictatorial (comunista/revolucionario para otros). Un lugar que en pleno siglo XXI parece anclado en otra época y que en los próximos años podría ver cómo cambia su suerte con motivo del acercamiento entre sus dirigentes y los de Estados Unidos, su rival desde hace décadas. Un acercamiento para incorporarse a ese mundo occidental/capitalista del que se renegó en su día y que parece ser, mal que pese, la única posibilidad de lograr un poco de progreso. Del régimen castrista y sus consecuencias en la población cubana han dado buena cuenta una gran cantidad de artistas de la isla caribeña, en diversos libros y películas muchas veces prohibidos en sus países de origen y ahora lo hace un realizador francés, Laurent Cantet que muestra esa visión del extranjero, tantas veces certera por estar libre de prejuicios.

Laurent Cantet saltó a la fama de la comunidad cinéfila al lograr en 2008 la Palma de Oro del Festival de Cannes con ‘La clase’, un fresco a la realidad de Francia de hoy a través de sus jóvenes estudiantes, con la presencia de varias razas y clases sociales y el valor que se da a la educación y al aprendizaje cultural. Cantet ya había dejado buenas sensaciones con filmes como ‘Recursos humanos’, ‘El empleo del tiempo’ o ‘Hacia el sur’, pero el galardón en Cannes fue su consagración definitiva. Sin embargo, su siguiente proyecto, ‘Foxfire: Confesiones de una banda de chicas’, rodado en Estados Unidos y en inglés, no le fue tan bien y sus últimas producciones han estado radicadas igualmente en el continente americano, aunque un poco más al sur. Después de rodar un episodio de la película colectiva ‘7 días en La Habana’, ha vuelto a Cuba para filmar su nuevo largometraje, ‘Regreso a Ítaca’. Cantet usa como inspiración el libro ‘La novela de mi vida’, del escritor cubano Leonardo Padura, para realizar un retrato sobre una generación decepcionada con el paso del tiempo y sus ideales de juventud.

Ítaca fue la patria de Ulises, a la que debía volver tras 20 años fuera de ella tras luchar en la Guerra de Troya, según la ‘Odisea’ de Homero. Una patria en la que le esperaba anhelante su esposa Penélope y de la que le separaban diversas dificultades. Amadeo regresa a Cuba tras años de ausencia y de una dura vida como inmigrante en España, aunque a diferencia de Ulises, los que allí le reciben le dejan claro que tampoco están deseosos de que vuelva para quedarse. Amadeo quiere recuperar las sensaciones de su juventud, pero sus amigos le recuerdan que los ideales de aquellos años se han ido al carajo y los que fueron unos jóvenes ilusionados ahora son cincuentones amargados por una vida a la que no han podido o no han sabido adaptarse.



Jorge Perugorría (‘Fresa y chocolate’, ‘Cosas que dejé en La Habana’) es el más conocido en nuestros lares de un elenco protagonista que cumple con solvencia a la hora de encarnar a ese grupo de cincuentones frustrados. El personaje de Perugorría es el clásico trepa que renuncia pronto a los ideales, al darse cuenta de que con ellos no irá a ningún sitio y prefiere valerse de mentiras y artimañas para vivir más cómodamente, sin duda el mejor instalado del grupo de amigos. El resto mantuvo sus convicciones y con ellas nada les ha ido mejor, teniendo que vivir de empleos precarios. Amadeo quiere volver a Cuba para escribir y sentirse protagonista de su propia vida, algo que abandonó cuando emigró y solo pudo preocuparse de cómo sobrevivir. Sin embargo, los suyos le aseguran que regresar no le aportará nada y que el camino artístico en un país como el suyo es poco recomendable, donde muchos viven de chanchullos y trapacerías.

El relato de ‘Regreso a Ítaca’ puede recordar en cierto modo a los años últimos del franquismo y la Transición en España (incluso en referencias musicales populares en aquellos años, como el ‘Eva María’ de Fórmula V y Joan Manuel Serrat), donde una generación se examinó al término de una dictadura que se había extendido durante décadas y los que mejor salieron librados fueron aquellos que se adaptaron como camaleones y abrazaron el nuevo orden como si nada, haciendo bueno aquello del “donde dije digo, digo diego”. Mientras tanto, los íntegros se quedaban a dos velas, como plantea el filme de Laurent Cantet, que deja una amarga conclusión sobre cómo funcionan las cosas en Cuba en particular y del resto del mundo en general.



La puesta en escena de Cantet es abiertamente teatral, con unos pocos personajes enclavados en el mismo escenario y donde la acción se desarrolla a través del diálogo. Sin embargo, eso no significa que sea una narración estática, pues la terraza donde transcurre la mayor parte del metraje nos brinda una panorámica de La Habana y a la terraza llegan los ruidos de la calle, de música a elevados volúmenes, de gente con disputas amorosas, de celebraciones deportivas e incluso de cerdos sacrificados a plena luz. Ligeros apuntes para conocer la naturaleza de un pueblo vitalista a pesar de las dificultades. Porque en ‘Regreso a Ítaca’ hay reflexiones amargas, pero también hay cabida para el humor, incluso cuando la situación no es la más adecuada para sonreír. Porque sus protagonistas tienen cosas que echarse en cara, pero no por ello dejan atrás la amistad, que también tiene ese componente de decirse entre ellos lo que no le permitirían a cualquier otro.

‘Regreso a Ítaca’ es una notable película que habla de la contradicción los ideales que concebimos y que nos ayudan a seguir hacia adelante y las frustraciones que vienen cuando no se cumplen. Esa tensión entre la ilusión personal y la realidad que es uno de los grandes temas del cine de su director.
travis braddock
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