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Voto de pablo garcia del pino:
10
Drama En los estudios de Cinecittà, el director Alessandro Blasetti está haciendo un casting para seleccionar a la niña que actuará en su nueva película. Entre las madres que han llevado a sus hijas está Maddalena Cecconi, una mujer de barrio que sueña con ver a su hija en el Olimpo de las grandes estrellas. Contra la voluntad de su marido, Maddalena no repara en medios para conseguir su objetivo: inscribe a María en un curso de baile y ... [+]
16 de noviembre de 2007
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El neorrealismo italiano sedujo al mundo porque lo desgajó de aquellas disparatadas fantasías hollywoodenses, y golpeó a los pobres habitantes de este planeta absurdo con la llaga sangrante de sus deseos imposibles, con su soledad y sus sinsabores. Escarmentó nuestra subsistencia tan llena de sueños. Tuvo sus reyes indiscutibles: De Sica, Rossellini, Fellini, Visconti, y más tardíamente Zurlini, Rossi, Germi, etc. Y tras ese mundo de sencillez y miedo, de iras mil, con preludios deprimentes y escenas culminantes, y ese blanco y negro de un tiempo amargo, tan lleno de golpes bajos, una reina única se apoderó de nuestra emotividad, excitó nuestro primitivismo sin retóricas americanófilas: ¡fue Anna Magnani! Lírica y peligrosa, nunca titubeó en su resuelta asimilación del deprimente mundo que nos tocó vivir. Fue carnal y férrea, maternal y desafiante. Y midió la sencilla virtud humana con la audacia de los hijos del pueblo frente a una época despiadada (ya lo puso John Ford en boca del Fonda en sus "Uvas de la ira": "Allí donde esté el pueblo, me encontraré yo" ¡Y por los hados que la Magnani lo estuvo!) Visconti la convirtió en "Bellísima", y la impagable "Mamma Roma", como armazón dramático del film, estuvo insuperable. Ver este film, no es sólo vivirlo, es saborear el mejor testimonio, jamás filmado, del amor absoluto en manos de un ser que nos desborda: y para muestra un plateado botón: ¡el enfrentamiento final con su marido, frente al grotesco universo vecinal de una agridulce Italia de posguerra! Seguirá luego su patético adiós a esa "famositis" enfermiza, como un aviso a las gentes de a pie y generaciones futuras... ¡Bellísima eres tu, Anna Magnani! ¡En italiano, por supuesto!
pablo garcia del pino
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