Me da igual que la grabasen en solo tres días y que los actores trabajen bien, el resultado es un despropósito para este clásico. No añade nada nuevo a las antiguas historias y con tanto efecto especial ni siquiera los gremlins se parece ni un poquito a los originales. Sí, la fotografía está muy bien, pero los diálogos son flojos y esos pequeños bichitos tan adorables hace tantos años los han convertido en un producto normal y corriente que no nos hacen sentir nada. El Mogway bueno no tiene la ternura ni de lejos que tenía nuestro adorable Guizmo y el resto de criaturas no tienen gracia. En la primera y segunda película todos tienen su punto, su locura y su maldad. Creo que Ryan Patrick lo ha intentado con la mejor intención pero sin lograr un buen producto. Esperemos que la tercera entrega tan esperada y que se supone estaba en marcha ya, no se parezca a esto y que mantenga la esencia de la primera.