Puede que no sea una serie muy conocida, pero se trata muy probablemente de una de las mejores de los últimos años y de otra demostración (y ya van muchas) de que la BBC es capaz de ofrecer calidad en todo tipo de géneros.

La banda sonora es magnífica y tiene el mérito de huír de los lugares comunes, ayudándonos a situarnos en el Manchester de los 70. El desfile de grandes grupos de la época es incesante, con ejemplos como Uriah Heep, Free o The Sweet.

El trabajo de los actores es excelente, desde el papelón de Philip Glenister como duro pero entrañable jefe de la vieja escuela a la desconcertada y a menudo lunática actuación de John Simm como protagonista. No podría mencionar un actor que desentone, y ese es uno de los fuertes de esta serie.

Otro de ellos es el ritmo. Cada capítulo es una historia autoconclusiva capaz de mantener la tensión hasta el final. Cada capítulo puede disfrutarse por separado aunque no se conozca la trama principal, como si se tratase de una serie policiaca "normal".

Porque, en esencia es una serie policiaca... en la que se incluye un elemento anómalo, como es ese viaje en el tiempo. Y esa es precisamente la gran incógnita de la serie: ¿Ha viajado el protagonista en el tiempo, está en coma o es un simple desquiciado, como todos sus nuevos compañeros creen? Obviamente no lo voy a desvelar aquí, pero puedo asegurar que vale la pena averiguarlo...

El único pero que le pongo es su escasa duración, sólo 16 capítulos y finalizada en pleno éxito cuando el actor protagonista decidió que su personaje estaba ya muy exprimido... Así al menos se evitan giros absurdos y soluciones chapuceras, como en muchas series yanquis; pero eso no impide que piense que a esta serie le faltaron un par de temporadas...