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Voto de Gunnar Hansen:
6
Terror. Thriller Kristen McKay (Liv Tyler) y James Hoyt (Scott Speedman) habían decidido pasar una noche especial en la aislada segunda residencia de la familia Hoyt. Al regresar a casa después de asistir a la boda de una amiga, el mundo de la pareja se derrumba cuando alguien llama a la puerta a las 4 de la mañana y pregunta: "¿Está Tamara?"
28 de enero de 2009
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece que una misma fórmula se pueda usar mil y una vez sin que esta, aparentemente, llegue a desgastarse o peder fuerza, al menos en lo que a productoras se refiere. El plantemiento de arranque para The Strangers no es nada nuevo, es más, es algo que hemos visto unas cuantas veces. A unos, este abuso reiterado les cansará y eliminará al poco de arrancar la película todo su interés en el desarrollo de ésta. Otros, entre los que puedo decir que me encuentro (no sé si con cierto rubor o con el orgullo que otorga la fidelidad), aun reconociendo este handicap argumental, no podrán resistirse a otra peli más de terror y deberán agotar su metraje antes de darse por satisfechos. ¿Qué decir de Los Extraños, debut tras la cámara de Bryan Bertino? Pues que comparte con los demás ejercicios de terror similares todos sus defectos y, he aquí lo que la salva, muchas de sus virtudes, incluso superando a algunos de sus hermanastros fílmicos. El argumento, desde luego, os va a sonar:
Una pareja que pasa por un tenso momento se desplaza a una casa en el campo o, al menos, lo suficientemente aislada como para que la premisa funcione. La aparición en la puerta de la casa a las 4.20 de la madrugada de una adolescente enfermiza que pregunta por Tamara marca el arranque de unos extraños sucesos que se desarrollan de acuerdo a todos los clichés y demandas del cine de terror y suspense. A partir de esta inesperada y bizarra aparición, comienza un salvaje y cruel acoso que acabará como en estos casos debe acabar.
Si bien la película adolece los habituales lastres del cine de este tipo de subgénero (reacciones inverosímiles por parte de los protagonistas, unos ubicuos acosadores que parecen teletransportarse, un final ambiguo y abierto que no aclara gran cosa...) hay que reconocer la buena mano y capacidad de Bertino para mantener la tensión y producir efectistas sustos. Claustrofóbica (lo que para otros será lenta), inquietante y desasosegadora, con buena fotografía y caliginosas texturas, la película cumple en el plano formal y consigue el objetivo de hacer que una hora y veinte minutos sean un largo mal rato para espíritus sensibles.
Desde luego, en casos como este donde se repite un mismo patrón con diferentes protagonistas y diferente envoltura técnica, va a depender de tu nivel de adicción a los productos de terror antes que a las cualidades o defectos inherentes al film que éste te guste o no.
A mí, enfermo mental reconocido, me entretuvo durante todo su metraje solo para reconocer, finalmente, que todo aquello ya lo había visto antes aunque, seguramente, con peores resultados técnicos y cinematográficos. Aquí, con un único escenario, dos protagonistas (si excluimos a los extraños en cuestión) y una trama tan simple como la arriba expuesta se alcanza un buen resultado comparable al nivel de adrenalina que al final de la película hemos segregado.
Interesante.
Gunnar Hansen
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