Cuando uno ha jugado con el tempo de la narración como había hecho Tarantino en Reservoir Dogs y Pulp Fiction, a la hora de enfrentarse a su tercera película, el prometedor cineasta podría haber esperardo la siguiente pregunta, ¿y ahora qué? Evidentemente, contar la trama remontándose al pasado de los personajes o con una audaz forma de círculo era repetirse a sí mismo, el precio de la genialidad.

Probablemente por ello, el muy espabilado videoclubero reconvertido en director estrella de los 90, se basa en una novela con una exactitud matemática, dejando muy poco de su propia personalidad en los diálogos. Esto que puede haber molestado en mayor o menor grado a sus acólitos, no es en lo absoluto nada negativo, Tarantino obra con acierto artesano y el original de E. Leonard se ve bien representado, con intercambios verbales quizás menos provocadores que en otras cintas de Tarantino, pero con un humor negro muy claro y menos circunloquios.

Por supuesto, como magnífico cineasta que es, Tarantino deja claras muchas de sus manías y marcas de fábrica. No solamente adapta, sino que se sirve de la película para homenajear a un género de los 70 basado en actores color que fue muy popular en su tiempo. No tiene nada de extraño que el gran cimiento de la traman sean dos personas de raza negra, Jackie, Pam Grier (antaño musa del género), una azafata metida en apuros y Ordell (Samuel L.Jackson, muy curioso en versión original), un traficante de armas con un plan supuestamente perfecto.

Con una muy buena presentación de personajes, destacando aparte de los mencionados a un histriónico policía (Michael Keaton), un exconvicto agotado (Robert De Niro, majestuoso en una papeleta muy complicada), la chica del malo (Bridget Fonda) y a un jefe de fianzas (un Robert Forster elegantísimo) y un amplio etceterá, la trama se alarga en ocasiones innecesariamente, un defecto que en ocasiones han tenido otras propuestas de Tarantino. Con todo, juegos como los sombreados, los programas televisivos que ven los personajes o la simpleza y eficacia de los recursos de los contrabandistas, justifican nuestra paciencia.

Menos ambiciosa que las dos anteriores y quizás menos genial que sus dos predecesoras, no hay nada que impida considerar al tercer film de este director como una muy buena película, entretenida y efectiva.