"El fantasma de la ópera" fue un verdadero hito en su momento como película. No obstante, las futuras versiones mejoraron en mucho las prestaciones de esta original, por más que esta pionera cuente con la presencia del gran Claude Rains como la atormentada criatura que permanece oculta en los rincones de la ópera.

Particularmente, a la clásica historia le viene mal la narración tradicional de inicio, nudo y desenlace. No tiene nada de extraño que varios musicales de Broadway sobre este particular fantamas hayan optado por una reconstrucción en flashback que en mucho beneficia el drama. Saber de forma tan poco épica la transformación del protagonista no ayuda al suspense en el film de Arthur Lubin.

Como fuere, sigue siendo una cita de más que recomendable visionado, con una buena factura y delicioso vestuario, aunque entre la joven cantante y el personaje principal no se fuerza un verdadero vínculo como si ha hecho con posterioridad.

Arqueología del primer cine de terror siempre merecedor de rescate, aunque, en ocasiones, la cuestión evoluciona para mejor.