Diego Armando Maradona fue uno de los grandes genios que el fútbol ha visto. De azarosa biografía, lo épico de su ascenso de la pobreza al estrellato deportivo le convenció, junto con su agente y amigo Jorge Cyterszpiler de dar los derechos para una primitiva película sobre el futbolista argentino cuando empezaba a despuntar su carrera más allá de las fronteras. En un alarde de optimismo, llegaron a soñar con nominaciones a premios Oscars.

La película fue espantosa y una ruinosa perdida de dinero. En aquella ocasión, Maradona había olvidado las sabias palabras de Maharbal al general Aníbal Barca: "Los dioses no otorgan todos sus dones a una sola persona. Sabes cómo lograr la victoria, incomparable Aníbal, pero no qué hacer con ella". Décadas después, Cristiano Ronaldo repite el error con un film propagandístico que en nada beneficia al tremendo futbolista portugués.

El metraje parece un reto de cuanto tiempo se puede estar hablando de Cristiano Ronaldo (incluyéndose sí mismo en el proceso). ¿Se puede hacer un relato fílmico o documental sobre ese joven de Madeira que luego se convertiría en un atleta de élite y gran reflejo del marketing hiperbólico de nuestra sociedad de masas? Sin duda. Pero no parece buena idea que lo haga el propio protagonista el título de la obra.

Estrella sobre el campo de juego, hay una especie de insatisfacción en narcisismo que parece difícil de llenarse. Tampoco lo habrá logrado en este documental.