A las puertas de la década de los 90, original e innovador, Tim Burton era conocido como uno de los más prometedores directores del séptimo arte. Por ello, se le decidió ofrecer una adaptación a la gran pantalla de Batman, el mítico personaje creado por Bob Kane (con un notable peso de los guiones de Bill Finger), muy maltratado en el recuerdo popular por el estilo camp de su serie de los 70.

Burton mostró de inmediato una gran capacidad visual y de crear atmósferas, un rasgo que convierte a sus películas en algo original e innovador, heterodoxo y como tal, o lo amas o lo odias. Particularmente para mí, fue genial, se trataba de la primera película que veía y recuerdo haber quedado muy impactado por su estética. He procurado, en la medida de lo posible, que esa nostalgia no afecte mi valoración del film, aunque será inevitable.

La polémica elección de Michael Keaton terminó siendo un éxito, más por su caracterización de Bruce Wayne que del muerciélago en las escenas de acción. La visualización del héroe como algo extraño y oscuro, casi barroco, es otro de los éxitos de la cinta. Kim Basinger, saca una decente actuación como Vicky Vale, pero quien se lleva la palma es un hiperbólico Jack Nicholson, que compone un gran Joker, que solamente se ha visto superado por la reciente adaptación de Heath Ledger.

El guión, siendo bueno, peca de muy comercial y de buscar una tendencia muy hollywoodiense de querer dejarlo todo atado y bien atado. Darle un origen al Joker es un error, como muy bien demostró Nolan, se puede jugar al igual que en los cómics con diferentes opciones, no hay que justificar su locura, aunque es entrañable ver al mítico Jack Palance como capo mafioso.

Batman es una película de súper-héroes al uso, pero con unas interpretaciones y ritmo narrativo muy por encima de la media, lo cual fue muy valioso para que el personaje de DC siguiera teniendo peso en taquilla.

Muy recomendable la obra "Batman: el resto es silencio" que comenta algunos aspectos del rodaje.