Peter Weir embarca a una tripulación británica en la época napoleónica para una película incierta, que alterna espectacularidad con un ritmo en ocasiones farragoso. Sin ser un amante del género, los pulsos emocionales (conmueve la historia del gafe, como atinadamente han dicho en otras críticas en esta página) de las personas que se ven obligadas a convivir en este barco, te mantienen atento.

Russell Crowe es el protagonista que lleva sobre sus hombros la interpretación de un discípulo aventajado de Horacio Nelson. "El Afortunado" y su obsesión por capturar a su rival, el almirante francés, se convierte de inmediato, en un personaje muy carismático para el espectador. Crowe, muy adecuado para el papel de hombre de acción, éstá muy fino en esta obra que además, es absolutamente marcial, no hay ningún personaje femenino.

Paul Bettany, acompaña a a Crowe como co-protagonista, sacando también buena nota. Weir ofrece aquí la cara más amable de los avances ingleses del siglo XIX, esos naturalistas arriesgados y amantes del saber. Lástima que no se incida todo lo que se debiera en otros aspectos más oscuros de aquella realidad. O en sus finales dramáticos, sería fascinante sin ir más lejos, que algún cineasta se atreviera a narrar las glorias en los océanos de Nelson y la penosa situación de su familia tras su muerte.

Sorprende, eso sí, la imagen tan tiránica que se ofrece de la Francia Napoleónica, muy acorde sin duda con el punto de vista que tenían en las islas del terrible corso, pero hubiera sido de agradecer el punto de vista de los galos, más matizable (aunque claro, eso rompería el juego de que el galeón francés parezca casi un fantasma que aparece y se va), imaginamos.

Le falta ese factor X que convierte a una buena película de aventuras en un clásico, pero desde luego, más que recomendable y digna de ser revisionada.Final inesperado y adictivo. Deja con ganas de más.