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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
6
Drama Adaptación de la novela homónima (ganadora del Premio Planeta) de Antonio Skármeta. Es una historia de amor, amistad y venganza, que se desarrolla en la época del establecimiento de la democracia en Chile, concretamente en el momento en el que se decreta una amnistía general para todos los presos sin delitos de sangre. A pesar de ello, Ángel Santiago (Abel Ayala), un joven soñador y valiente, ha decidido vengarse de los abusos sufridos ... [+]
18 de junio de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando Trueba se enamora de una historia de cuento de hadas. Y eso es algo que debemos tener claro, estamos ante la mirada de un enamorado, y el amor no entiende precisamente de lógicas, está tan prendado y está tan lleno de sí mismo, que poco importan las lógicas. "El baile de la victoria" es una cinta encantadora, pero con muchos fallos cinematográficos.

En primer lugar, Trueba da todo el peso de la trama a la joven pareja protagonista, Abel Ayala y Miranda Bodenhofer, en lugar de en Ricardo Darín, quien ejerce otro trabajo de maestro artesano, pero muy recluido en un rol secundario. Con todo, no es una crítica a los dos jóvenes intérpretes, que me han parecido buenos, pero creo que teniendo en cuenta la calidad contrastada de Darín, debía habérsele dado más metraje.

Otro desacierto es desaprovechar a Ariadna Gil, en un papel insustancial, incluyendo una escena sin mucho sentido con las voces en off de un matrimonio roto. La banda sonora está escogida con gusto y algunas escenas que son irreales, tienen el encanto de las leyendas, aunque desconciertan muchos momentos irregulares del film.

"El baile de la Victoria" es una danza inconclusa, un pasional e inspirado intento, pero errático en algunos de sus movimientos, una canción chilena desesperada, aunque da la sensación de que el contexto de la época de Pinochet es más presentado que introducido con tino en la historia. Se podía haber sacado más o intentado ser más rebuscado, la Historia al servicio de la historia del guión, pero no una mezcla extraña donde solamente hay una justificación final.

Con todo, Trueba nos manda una carta de amor simpática y tierna, de un quinceañero, de un Romeo enamorada incapaz de ver más allá de los jardines de Julieta. De vez en cuando hay que ser también así y enamorarse, para hacer creaciones como ésta.
El Libanés
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