La productora Zentropa, cuartel general de Lars Von Trier, y de buena parte de lo mejor que se ha realizado en el cine contemporáneo, da un giro no tanto de fondo, sino formal, a su estilo de cine, al implementar la animación en una de sus historias.

Fuera de ahí, el film es perturbador, escandaloso, y con devastadores momentos emocionales, muy en la línea de nuestro amigo Lars, aunque quizás aquí hay algo más de brocha gorda de la cuenta. Respecto al aspecto formal, lo pongo aun más en duda, la animación sin estar mal, no me parece brillante, y creo que Gibli, o cualquier realizador manga japonés, hubiera mejorado ampliamente la potencialidad de la animación, y respecto a la intercalación de imagen real, me parece intrascendente, y no pretende ser más allá que un ejercicio de estilo sin fondo alguno.

Por hacer una pequeña anotación moral al film, cosa que nunca hago, si que tengo que decir que me resulta curiosa esa moral del protagonista en la cual impide a la niña de forma sistemática ver videos de la actividad (la prostitución en este caso) que desarrolaba su madre, pero sin embargo se la lleva y hace que participe en matanzas y torturas, a cual más desagradable. Una moral muy made in USA.

En cualquier caso el film no está mal, es entretenido, mantiene el interés, y aunque es más escandalosa que buena, la película se deja ver.