Sobre una apariencia de ligereza, sin transiciones, ni pausas, como un río que se torna torrente, el muy polivalente e interesante Ozon, nos presenta una historia, tan compleja como ligera, tan inteligente como entretenida, y tan apasionante y llena de tensión, como luminosa y en apariencia despreocupada.

Desde el minuto uno, Ozon nos plantea un juego, divertido una veces, diábolico otras, pero entretenido y apasionante siempre. Realidad y ficción se entremezclan en una historia que está a medio camino entre un Hitchcock sutil y un Godard juguetón, todo ellos con unos personajes arquetípicos, piezas de ajedrez que se mueven como se espera en tan perfecto mecanismo.

No digo más, pocas referencias con la que compararla, todas mis recomendaciones para descubrirla, una pequeña joya, considerada por el programa "Días de Cine" como lo mejor película de 2012.