"¿Cuando lo tendrás, Cepillo? -Mañana, tal vez esta noche". Si recuerdo este trozo de guión es que estamos ante una película de culto. Mediocre, pero de culto. De culto por lo absurdo de su planteamiento: Una especie de cruze entre Ghost, El Cuervo, El Coche Fantástico y Rebelde Sin Causa. De culto por el elenco de actores, que incluye a Charlie Sheen en el papel de guaperas y uno de los hermanos de la saga Quaid, Randy en este caso. De culto porque su banda sonora es tan típicamente rockera de los 80 que se queda grabada en la cabeza, véase algunos de los artistas en la esquina inferior derecha del póster. De culto porque los personajes son el cúmulo de todos los esterotipos de la época, incluyendo entre ellos el cerebrillo de gafas de pasta redondas, con ligero sobrepeso y una gran mata de pelo con el que mis compañeros de escuela me comparaban antes de que empezaran las entradas en mi ahora baldía cabeza. Vamos, es tan típica y tópica que es adorable. Muy a pesar de que el elemento de ciencia ficción es mínimo, es muy adorable.