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Rep. Dominicana
Voto de Angel Lopez:
2016 
20,647
Animación. Comedia
En un supermercado, los alimentos que viven allí adoran a los compradores humanos considerándolos como dioses que los llevan al "Gran Más Allá" cuando se compran. Entre los productos comestibles del supermercado está una salchicha llamada Frank, que sueña con vivir con su novia, un bollo para perritos calientes, Brenda, en el "Gran Más Allá", donde finalmente puedan consumar su relación. Los paquetes de Frank y Brenda son elegidos pero ... [+]
20 de octubre de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fiesta de las salchichas es una rareza, y lo digo porque la mayoría de películas animadas que llegan a las carteleras son entretenimientos familiares o historias de aventuras para todos los públicos pero con un tono esencialmente infantil. Esta divertidísima y chabacana película, concebida por Seth Rogen, Evan Goldberg y Jonah Hill y dirigida por Conrad Vernon y Greg Tiernan, rompe con los moldes creados en Hollywood por su atrevida irreverencia, su incorrecta pornografía gratuita y su brillante violencia.
Creo que, a estas alturas, no hace falta que diga que no es una película para niños, aunque se trate de una cinta de animación. Y lo digo porque tenemos establecido, en nuestra cultura, que todos los films de animación van dirigidos al público infantil, cosa que evidentemente no es así, y aunque resulte atípico, de vez en cuando se dan películas altamente perjudiciales para este sector.
Este film funciona como una brillante sátira de la religión que se ríe de todo lo absurdo que rodea la fe, criticando así lo malo de las religiones: la división, el odio y la represión que generan. De hecho, el pasaje protagonizado por un pan de pita y un baguel recreando el conflicto palestino-israelí así lo confirma.
Una historia que arranca como cualquier película de Disney, Pixar o DreamWorks, con esa presentación idílica de un supermercado que pronto se transforma en un gran after para alimentos, que son representados con la estética de la animación publicitaria de los años 50; ese aspecto antropomórfico tan amable e inocente que pretende ser «con sus patitas, sus ojitos y sus manitas (con guantes blancos y todo)», aquí da un giro de 180º para convertirse en todo lo contrario».
La fiesta de las salchichas es una descojonante película, con algunas escenas capaces de provocar una fuerte carcajada como la de la experiencia del rollo de papel higiénico, que mezcla el gore más cotidiano con el sentimentalismo más desatado, obsceno e hiperbolizado, y con un humor basado en hacer reír con el chiste fácil y no con la palabrota, de la que acabas saturado.
Creo que, a estas alturas, no hace falta que diga que no es una película para niños, aunque se trate de una cinta de animación. Y lo digo porque tenemos establecido, en nuestra cultura, que todos los films de animación van dirigidos al público infantil, cosa que evidentemente no es así, y aunque resulte atípico, de vez en cuando se dan películas altamente perjudiciales para este sector.
Este film funciona como una brillante sátira de la religión que se ríe de todo lo absurdo que rodea la fe, criticando así lo malo de las religiones: la división, el odio y la represión que generan. De hecho, el pasaje protagonizado por un pan de pita y un baguel recreando el conflicto palestino-israelí así lo confirma.
Una historia que arranca como cualquier película de Disney, Pixar o DreamWorks, con esa presentación idílica de un supermercado que pronto se transforma en un gran after para alimentos, que son representados con la estética de la animación publicitaria de los años 50; ese aspecto antropomórfico tan amable e inocente que pretende ser «con sus patitas, sus ojitos y sus manitas (con guantes blancos y todo)», aquí da un giro de 180º para convertirse en todo lo contrario».
La fiesta de las salchichas es una descojonante película, con algunas escenas capaces de provocar una fuerte carcajada como la de la experiencia del rollo de papel higiénico, que mezcla el gore más cotidiano con el sentimentalismo más desatado, obsceno e hiperbolizado, y con un humor basado en hacer reír con el chiste fácil y no con la palabrota, de la que acabas saturado.
