El ingenioso Terry Jones y el irregular Terry Gilliam debutan en la dirección con ésta su primera película, donde nos narran la historia del Rey Arturo y de sus caballeros de la mesa, en este caso cuadrada, y su búsqueda del Santo Grial. Los Monty Python vuelven a la carga con esta divertida, alocada y absurda parodia medieval, después de Se armó la gorda, en la que no falta su inconfundible humor británico. Un humor absurdo, ilógico y sin sentido, que a veces resulta tan ridículo que te ríes por narices.

Una comedia, muy por debajo de su brillante La vida de Brian, pero que contiene algunas escenas realmente divertidas como la lucha a espada con el caballero negro o la de las tres preguntas que les hace el viejo a Arturo y a sus caballeros en el puente.

Las risas están aseguradas ya desde los créditos iniciales. Como curiosidad, eran en realidad un descojonante sketch en sí mismo de los Monty Python escrito por Michael Palin, e ideado en el último momento de la forma más cutre posible, por así decirlo, porque apenas quedaba presupuesto. A los espectadores se les mostraban los nombres de todo el equipo técnico y en la parte inferior aparecían unos subtítulos que invitaban (en un inglés extraño pero legible, con tipografía de caracteres suecos) a visitar Suecia y conocer sus diversas bondades. En definitiva, si quieres pasar un buen rato, no te la pierdas.