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España España · Madrid
Voto de xalons:
6
Comedia Los Canfield y los McKay han heredado una enemistad que ha pasado de padres a hijos durante muchas generaciones. Pero, por caprichos del destino, Willie McKay (Buster Keaton) coge un tren en Nueva York, en el que conoce a Virginia Canfield (Natalie Talmadge)... (FILMAFFINITY)
28 de noviembre de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer largometraje con la presencia de Buster Keaton es The Saphead (Pasión y boda de Pamplinas, 1920) dónde era una más de las estrellas de un numeroso reparto producido por la Metro. Cuando estrenó su primer largo, dentro de su propia productora, fue con Three Ages (Las tres edades, 1923) pero utilizó su metraje uniendo tres cortos que se alternaban en distintas épocas (la prehistoria, la época romana y la actualidad) para contar cómo el amor era el motor de la vida y parodiando Intolerancia de David W. Grifith. En realidad, el estreno de Our Hospitality es el punto de partida de cómo las historias de Keaton podían funcionar dentro de un largometraje después de su exitosa carrera con sus cortometrajes.

La película comienza de un modo dramático. Dos familias se encuentran enfrentadas en 1830 y en una disputa, mueren miembros de ambos clanes. Un bebe sobreviviente es enviado a Nueva York para que sea criado por su tía; éste personaje es Keaton al que retomamos cuando ya es un joven que ha heredado la casa familiar. Y con la presencia del cómico empieza la comedia. Keaton viaja hasta su pueblo natal en un tren que hace un recorrido hilarante que más parece la atracción de un parque que un medio de transporte. Con él viaja una chica que pertenece a la familia contraria y que le invita a ir a comer a su hogar.

La parte central del argumento ocurre en el pueblo dónde será recibido con hospitalidad por la familia enemiga pero con la intención de matarlo en cuanto abandone su casa, por lo que decide quedarse allí de invitado permanente. El humor ha ido presentándose en pinceladas, muy distinto al derroche de caídas y risas de sus cortometrajes, pero estas dosis humorísticas se desbordan en la parte final del relato con la persecución y el desenlace espectacular en una catarata.

Es sorprendente la calidad que demuestra el cineasta Keaton en esta cinta. Cómo es consciente de sus recursos, racionando el humor en pequeñas dosis, escapando del slapstick para tejer una historia con drama, romance, aventura y risas, que aunque no es perfecta, nos lleva a un territorio de gran talento creativo. Un importante paso en su carrera cinematográfica.
xalons
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